En La Moneda ya comienza a asumirse el fin del Gobierno de Sebastián Piñera. Queda un poco más de cuatro meses para que la actual administración termine su gestión y los funcionarios históricos de Palacio sacan sus cuentas, fuera de micrófono, ya que aseguran “no queremos que nos relacionen con corrientes políticas”.

Claro, se trata de quienes son secretarias, estafetas, asistentes administrativos, auxiliares, conductores, electricistas, entre otros, de los cuales algunos llevan más de 30 años, es decir, ingresaron en pleno régimen militar y se han mantenido como funcionarios de planta, trabajando al servicio del Presidente de turno.

Ellos aseguran que “nos llevamos la pega dura” a diferencia de asesores de la presidencia o de los ministerios que habitan La Moneda – lo que se traduce en que no tienen sueldos millonarios –, y son quienes conocen, analizan y pueden de forma autorizada, comparar las administraciones como por ejemplo Bachelet versus Piñera, bajo cuyo aspecto existen opiniones disimiles.

Por un lado existen los testimonios de quienes trabajan cerca del mandatario y sus asesores directos, los cuales agradecen las muestras y consideraciones que tiene el Presidente Piñera para con ellos, rescatando el buen trato como punto principal.

Al conversar con ellos explican que se han tenido reiterados gestos de la autoridad como lo precisaron: “desde que llegó la actual administración, ha existido una buena relación y trato tanto del Presidente como de su hija Magdalena Piñera (jefa de gabinete) o su sobrina María Irene Chadwick (jefa de programación) que recordaremos con cariño”.

Algunos que prestan servicios al llamado “segundo piso” también describen el día en que Sebastián Piñera atendió a los garzones, a modo de homenaje, esto en la sala de reuniones del gabinete presidencial.

Otros comentan las tallas que les “tira” el mandatario, cuando entran a realizar algún servicio a su despacho, como llevar o traer café, entre otros.

Pero como dicen en La Moneda “no todo es color de rosa”. Quienes están más lejos de la presidencia tienen una mirada muy distinta, los cuales se quejan y apuntan al administrador de La Moneda, Aldo Sabat, nombrado por el jefe de Estado.

Aseguran que Sabat una vez instalado en la llamada “casa de todos”, recortó las regalías que habían logrado bajos los gobiernos de Lagos y Bachelet, “nunca más nos dieron bonos, tarjetas para pulpería en el supermercado, las cuales se entregaban durante las fiestas”, algunos incluso recuerdan con nostalgia que “teníamos acceso a dentista, pero ahora lo suprimieron, sin embargo asesores tienen sueldos millonarios”.

La presidenta de la Asociación de Funcionarios de la Presidencia, Rosa Matus, así lo planteó al indicar que “ellos no conversan con los trabajadores, nosotros hemos pedido todos los años reunión con el Presidente, todos nos recibieron, pero el actual no. Se va y no nos va a recibir”, indicó la dirigenta en referencia a que los temas que ellos han planteado no se han resuelto como esperaban.

Sobre la gestión de Michelle Bachelet, dicen que marcó la cercanía que tenía ella, pero no así su equipo.

Dos caras de una misma moneda que se acentúan en la recta final de la administración.