La presidenta de la Red de Mujeres de Osorno, Ada Fridericksen Jara, lamentó que deban salir a la luz casos como lo ocurrido con la menor de 11 años embarazada de su padrastro, para que se reactive la discusión sobre el aborto en Chile.

La abogada recordó que el aborto terapéutico fue una solución médica permitida por ley hasta 1973, siendo derogada durante la dictadura militar y no teniendo respuesta hasta la fecha, pues existe un proyecto de ley que duerme en el Congreso.

A su juicio, se hace más que necesario aprobar una legislación que permita la interrupción de la gestación del feto de forma clínica en tres casos: el peligro en la vida de la madre, malformaciones en el bebé en gestación y, por último, en el caso de una violación.

Sobre esto último, argumentó que en la actualidad el Estado no otorga garantías de acompañamiento a las madres que resultan embarazadas tras ser ultrajadas.

Fridericksen explicó que se trata por tanto de una seria vulneración de derechos, tanto al niño como a la mujer, añadiendo que es necesario una política que enfatice la prevención más que la reacción ante la violencia sexual contra las féminas.

Una realidad que queda en evidencia al analizar las declaraciones de la madre de la menor en el caso ocurrido en Puerto Montt, que trasladó parte de la responsabilidad a su propia hija de once años al decir que todo se dio en el marco de una relación consentida.

De acuerdo a Fridericksen, la organización que representa ha podido registrar una serie de casos de incesto en la región de Los Lagos, dando cuenta de que el flagelo de la violencia sexual es en muchos casos aceptado por la propia familia, cuestión lamentable, dijo, y que amerita que se intervenga con educación sexual a las poblaciones de este territorio.

Lo anterior, dijo la representante, con el fin de evitar que mujeres sigan siendo violentadas sexualmente y menos aún niñas tan pequeñas como la menor vejada por su padastro en Puerto Octay.