Omar Labruna es un argentino, exfutbolista, entrenador de Colo Colo. Un hombre maduro, por lo que los errores de juventud no corren, sin embargo, es maduro y mentiroso, un estafador de la fe pública.
El domingo 18 de noviembre circulaba por Santiago en su auto, un audi, e impactó por detrás a un taxi. Un accidente menor, sin graneds daños, el caso, incluso, debería ir a un juzgado de policía local, sin embargo, él decidió mentir, engañar a la policía y a todos nosotros.
Dijo que no manejaba, que lo hacía su esposa, pero testigos sostienen que iba solo. Se enojó y ‘disparó’ contra todos, no obstante, las cámaras de seguridad lo desmintieron y delataron, él iba solo manejando.
Incluso en conferencias de prensa había declarado que si testigos tenían otra versión ‘allá ellos’; agregando en otra intervención ante la prensa que le ponía de mal humor que a partir de un hecho desgraciado con su mujer algunas personas quieran sacar réditos deportivos. El ladrón contra el juez.
Es más, aseguró que tras el accidente la puerta del copiloto, donde se suponía iba él, no pudo abrirse, por lo que bajó por el lado del conductor, pasando por sobre su mujer, quien quedó dentro del vehículo en estado de shock.
Labruna es un estafador total. Su licencia estaba vencida hace 7 meses, si bien algunas veces se olvida eso, pero en su caso no es que se hubiese olvidado, tras chocar sabía que no cumplía con ese requisito y decidió mentir, incluso se dice que el seguro no le iba a cubrir, de todas formas, problemas económicos menores.
Más tarde, el gerente deportivo se Colo Colo asegura que quieren saber y dar a conocer la verdad del hecho que involucró al entrenador del conjunto albo, pero luego de un partido de fútbol donde se jugaban una clasificación. ¿Es más importante eso que decir la verdad?
En un hecho menor como es un accidente de tránsito con daños pequeños: el conductor miente, la esposa del conductor miente, al parecer, corrompieron a dos carabineros, logra que el Gerente General de Colo Colo también mienta, y que el Gerente Deportivo de la institución señale que es más importante un partido que decir la verdad.
Si el fútbol fuera normal, Labruna estaría fuera de esa institución. No puede ser el líder de un grupo de jugadores mintiendo de esa manera, pero a nadie le importa.
¿Qué país estamos formando, qué país hemos creado? donde todos mienten en hechos menores… qué pasará en hechos mayores. En las acreditaciones de universidades ya sabemos qué pasó.
No nos hemos dado cuenta del país en que vivimos.
Revisa el comentario de Tomás Mosciatti.
http://youtu.be/O3MP6pDroOQ