El cierre del diario La Nación ya se encuentra consumado. Se finiquita la empresa periodística tras 95 años de vida, cuando sólo subsiste, o subsistía, su versión en Internet.

Dejando a un lado el hecho de que en Dictadura el periódico fuera un panfleto al nivel de ese régimen, ruin y cómplice de las violaciones a los Derechos Humanos, tal cual como El Mercurio, La Segunda y La Tercera, entre otros; cabe remontarse a su historia reciente.

Recuperada la democracia, La Nación nunca fue un diario público, sino que un instrumento de propaganda, que en época de campaña parecía folletín de Gobierno.

La decisión de cerrar fue en la gestión de Piñera, sí, pero en su momento fue una determinación política de la Concertación apostar a un diario oficial.

La culpa del actual escenario recae en los gobiernos de la hoy oposición, que nunca se propuso crear un órgano público regidor. Por ello, que reclame, es simplemente hipócrita.

El comentario es de Nibaldo Mosciatti:

http://youtu.be/1tdA_R6c1LU