La petrolera estatal Pemex descartó este miércoles que el incendio en una planta de gas cerca a la frontera de México con Estados Unidos y que dejó 26 muertos, haya sido provocado y dijo que las investigaciones preliminares apuntan a “un accidente inusual”.
“No tenemos ninguna evidencia de que se tratase de un incidente causado, o algún tipo de atentado o algo así, toda la evidencia apunta a que fue un accidente inusual”, dijo a la prensa Juan José Suárez, director de Petróleos Mexicanos.
Suárez dijo que toda la información sobre el funcionamiento de la planta está grabada en equipos electrónicos y que se pidió la colaboración de la fiscalía y de empresas internacionales especializadas para analizarla.
El incendio se registró el martes en el Centro Receptor de Gas y Condensados, ubicado en el km 19 de la carretera que une a Reynosa con Monterrey, tercera ciudad en importancia de México.
Además de los 26 trabajadores muertos, otros siete están desaparecidos y se registraron 46 heridos en el incendio, considerado como el más grave incidente que afecta a Pemex desde diciembre de 2010 cuando 29 personas murieron en el incendio de un ducto en el centro del país.
En la planta laboraban cerca de 700 trabajadores de Pemex y de empresas contratistas.
Testigos dijeron a la prensa que hubo al menos dos explosiones y que el fuego destruyó parte de la central de medición de la planta en la que se distribuye el gas natural obtenido de la llamada Cuenca de Burgos, una zona que concentra buena parte de la producción de ese combustible en México.