Una mujer que estuvo al borde de la muerte luego que en el Hospital de Puerto Montt no se le diagnosticara a tiempo una apendicitis, denuncia negligencia médica, y judicial posterior a que un fiscal cerrara su caso por considerar que los hechos no son constitutivos de delito.

El caso data del 29 de julio de 2011, cuando Verónica Atero Ríos ingresó al servicio de Urgencia del Hospital de Puerto Montt con fuertes dolores estomacales y vómitos, pese a lo cual se le diagnosticó sólo un cólico abdominal. Al día siguiente, tuvo que ser reingresada al complejo asistencial, esta vez a la UCI, debido a un shock séptico e insuficiencia renal aguda en evolución.

Veinticuatro horas después, una nueva ecotomografía corroboró el segundo diagnóstico, siendo derivada en estado grave al Hospital Higueras de Talcahuano, donde finalmente se le detectó una apendicitis, que habría generado todos sus cuadros clínicos que la mantuvieron incluso al borde de la muerte, y que la dejaron con daños ranales de por vida.

Tras su alta médica, la afectada interpuso una querrella criminal por cuasidelito de lesiones graves contra todos quienes resulten responsables de lo que, considera, fue una grave negligencia médica. Sin embargo, su sorpresa fue mayúscula cuando el fiscal Sergio Coronado pidió el sobreseimiento definitivo de la causa, por considerar que los hechos no eran constitutivos de delito. Para ella, también hay aquí una negligencia judicial.

Al respecto, el fiscal Sergio Coronado justificó su decisión de cerrar la causa penal apoyado en el informe criminalístico que le encargó a la PDI, que establece que la atención entregada en el Hospital de Puerto Montt fue oportuna y adecuada, agregando que no todas las secuelas que quedaron en Verónica se derivan de su apendicitis.

El resultado del informe de la PDI es coincidente con una auditoría médica efectuada al interior del Hospital de Puerto Montt a raíz de este caso, que determinó que en este proceso se actuó acorde a las normas vigentes de salud.

Pese a esto, la mujer iniciará ahora gestiones por la vía civil, en búsqueda de compensaciones económicas que respondan por una trombosis sementérica y tratamiento nefrológico, secuelas que asegura le dejaron este proceder médico y que deberá costear por el resto de su vida.