Cuando la muerte llega a la vida de cada ser humano es irremediable. Claro está, solamente se posee la seguridad, al nacer, de morir. Las circunstancias por las que sobreviene este acontecimiento son múltiples: la vejez, un accidente, una enfermedad.

Pero… ¿qué ocurre cuando muere un ser querido que, sin siquiera conocerlo, forma parte de nuestras vidas?

Ejemplos a nivel mundial existen, y por docenas.

Las última muerte, la de Donna Summer, se suma a la de Whitney Houston, Amy Winehouse o Michael Jackson, entre las más recientes, que no pasaron desapercibidas para nadie. En primer lugar porque se trata de personajes reconocidos en todo el planeta y, cada una de sus partidas, resultaron ser totalmente sorpresivas.

Los fanáticos del mundo entero siguieron sus funerales y a través de las redes sociales manifestaron su pesar. Se trata de seres humanos que no se conocen en persona, pero que toman parte fundamental en cada una de sus vidas.

Acontecimientos como el primer beso, un buen o mal amor, el nacimiento de un hijo o la misma pérdida de un ser querido, se refleja en cada una de sus letras. Algunos, los más osados, participan en películas, producciones que marcan un precedente en la vida de cualquier seguidor.

Pero, ¿por qué se sienten tan propios estos dolores? Es simple: el amor, la energía y admiración que generan cada uno de estos ídolos son los factores claves que permiten su veneración, ya sea entre fanáticos y no seguidores. Si a esto se le suma la abundante información de parte de los medios, donde se cubre cada paso que dieron durante sus vidas, permite dar cuenta de lo que generan.

A nivel nacional, también se cuentan claros ejemplos. Felipe Camiroaga, Carolina Fadic o Julio Martínez, entre los más recordados. Aquí la situación cambia debido a que son personas más cercanas a los televidentes. Ya sea por comentarios, actuaciones o animaciones en TV, solamente debes encender el televisor y podrás sentirte algo más acompañado.

Camiroaga, con sus programas y personajes como Luciano Bello o Washington, lograron calar hasta el fondo del corazón de sus seguidores. Fadic, con su ternura y elegancia en el actuar, a través de teleseries tan emblemáticas como “Estupido Cupido” o “Iorana”, acompañaba las tardes de todos los chilenos y en el extranjero, a través de la señal internacional.

En tanto, la cercanía y certeros comentarios de Julio Martínez, lo hicieron intérprete de muchos pensamientos, convirtiéndose en el comentarista deportivo más querido de todos, por lejos de sus colegas.

Resulta increíble percatarse de cómo estos seres humanos se convierten en ídolos o líderes de opinión. Un ejemplo claro es Felipe Camiroaga, quién participó abiertamente en campañas como la última presidencial, a favor de Eduardo Frei, además de su lucha en apoyo a “Patagonia Sin Represas”, el Movimiento Social por la Educación o la reserva de Punta de Choros.

Los psicólogos, en el área de la psicología social, aseguran: “En el contexto de nuestra civilización, materialmente privilegiada, la gente se sigue muriendo. Y curiosamente, en la época de la ingeniería genética y la tomografia axial computarizada, nuestros profesionales de la salud no se encuentran cómodos si tienen que hablar con sus pacientes de algo tan cotidiano como la muerte”, son las conclusiones de los la Universidad Autónoma de Barcelona, en 1998.

Ellos siempre vivirán en los corazones de todo el público que los siguió. Y continuarán inspirando a más y más generaciones, que tributan con todo el cariño, respeto y admiración a cada uno de estos ídolos.

http://www.youtube.com/watch?v=CcYMUkTrRtA

http://www.youtube.com/watch?v=USE-T-qo-f8

http://www.youtube.com/watch?v=cP3AvHQrILs