Los principales dirigentes del mundo se comprometieron este martes a desarrollar una acción enérgica para combatir la amenaza del terrorismo nuclear, incluyendo minimizar el uso civil de uranio altamente enriquecido que puede ser utilizado para fabricar bombas.

Los participantes subrayaron que “el terrorismo nuclear sigue siendo una de las mayores amenazas para la seguridad internacional”, según el comunicado final de los 53 participantes en esta cumbre bianual que comenzó el lunes en Seúl, en presencia del presidente de Estados Unidos, Barack Obama.

En el comunicado difundido al terminar esta cumbre de dos días, los líderes mundiales sostuvieron que “acabar con esta amenaza requiere medidas enérgicas a nivel nacional y una cooperación internacional, dado su potencial de consecuencias políticas, económicas, sociales y sicológicas”.

Los participantes también destacaron la necesidad de vigilar las reservas de uranio altamente enriquecido (UAH) y de plutonio, dos sustancias que permiten fabricar armas nucleares.

Esta cumbre “alienta a los Estados que puedan hacerlo a anunciar voluntariamente, para 2013, acciones específicas destinadas a minimizar la utilización de UAH”, como la conversión de reactores que funcionen con UAH en reactores con uranio empobrecido, que no es utilizado para fabricar armas.

Durante la sesión plenaria, el primer ministro de Francia, François Fillon, destacó que “no se puede privar de las ventajas del sector nuclear”, dado que el calentamiento climático podría ser mucho más peligroso que “cualquier accidente tecnológico”.

Las conclusiones de la cumbre no fueron totalmente satisfactorias para varios expertos que se encontraban en Seúl.

“Lo que nosotros necesitábamos era un poco más de visión sobre la forma de progresar con respecto a nuestra situación actual”, afirmó Ken Luongo, uno de los presidentes del Grupo de trabajo sobre los materiales fisibles que reúne a expertos sobre la no proliferación.

El contenido del comunicado fue suavizado para satisfacer a todo el mundo, agregó Luongo. “A través de las negociaciones se llega al denominador común más pequeño”, explicó.

Sin embargo, esta cumbre fue sobre todo una ocasión para que los representantes de Estados Unidos, China y Corea del Sur pudieran discutir entre bambalinas sobre el proyecto norcoreano de enviar al espacio a mediados de abril un cohete de largo alcance que, según Pyongyang, transportará a un satélite.

Estados Unidos y sus aliados denunciaron un disparo disimulado de un misil, en violación de las resoluciones de la ONU, que prohíben a Corea del Norte efectuar ensayos nucleares o balísticos.

Durante un encuentro el lunes con Obama, el presidente de China, Hu Jintao, manifestó “gran preocupación” por ese proyecto, según un responsable estadounidense.

Pekín es el único aliado importante de Corea del Norte, al cual apoya económicamente.

El lunes, Barack Obama declaró que Estados Unidos no tiene “ninguna intención hostil” con Pyongyang, pero rechazó “las provocaciones” e instó al régimen comunista a abandonar sus ambiciones nucleares.

“Quiero dirigirme directamente a los dirigentes de Pyongyang. Estados Unidos no tiene ninguna intención hostil hacia su país. Nosotros queremos la paz”, dijo Obama en un discurso ante estudiantes de Seúl.

“Hoy les decimos: Pyongyang, tenga el valor de buscar la paz y ofrecer una vida mejor a los norcoreanos”, agregó.

También advirtió que “no habrá recompensa para las provocaciones”.

Corea del Norte respondió el martes que “jamás” abandonará el derecho de lanzar “un satélite pacífico”.

“Nosotros no abandonaremos jamás el derecho a lanzar un satélite pacífico, un derecho legítimo para un Estado soberano y una etapa fundamental para el desarrollo económico”, según la agencia oficial norcoreana KCNA.

En ese despacho de KCNA, Corea del Norte indica que invitó a la agencia espacial estadounidense NASA a enviar a sus expertos (al sitio de lanzamiento), “para que puedan ver con sus propios ojos la naturaleza pacífica de nuestro lanzamiento de satélite”.