Un grupo de astrónomos de la Universidad Estatal de Texas-San Marcos, difundió a través de un estudio que un singular elemento podría haber jugado un papel crucial en el hundimiento del Titanic: la Luna.

Al respecto en el trabajo, liderado por Donald Olson, se especifica que extrañas circunstancias lunares provocaron una marea singularmente alta los meses previos a la tragedia, generando que muchos icebergs -que en dicha época se atascaban en aguas poco profundas- se derritieran más de lo normal y se desplazaran hacia corrientes oceánicas del sur, donde el 14 de abril de 1912 se encontraron con el Titanic.

Por ejemplo, a través de técnicas “más parecidas a las de los detectives que a las de un científico”, los astrónomos descubrieron que el 4 de enero, cuatro meses antes del fatídico accidente, la Luna y el Sol se alinearon de modo tal que se reforzaron los tirones gravitatorios entre ambos.

Sumado a lo anterior, hallaron que el perigeo lunar -es decir, el máximo acercamiento del satélite natural a la Tierra- fue el de mayor proximidad de los últimos 1.400 años y que, además, se generó a menos de 6 minutos de la Luna llena. Mientras, el perihelio terrestre -el máximo acercamiento al Sol- se registró el día anterior.

Con estos antecedentes, Olson pudo establecer que “la causa última del accidente fue que el barco chocara contra un iceberg (…) El Titanic no pudo frenar, después de haber recibido varios mensajes en los que se les alertaba del mar helado que tenían por delante, pero se metió a toda velocidad en una región con icebergs y esto es lo que realmente hundió al barco”, consignó El Mundo.

Por último, y en relación a sus dichos, el experto aclaró que “la conexión con la Luna es la explicación de por qué un número inusualmente alto de icebergs se metió en el camino del Titanic”, levantando con ello una nueva teoría de por qué se produjo la tragedia del, hasta entonces, barco de pasajeros más grande y lujoso del mundo.