El papa Benedicto XVI aprobó los decretos que reconocen como mártires de la Iglesia a 64 víctimas de la Guerra Civil Española que murieron entre 1936 y 1937, indicó este lunes el Vaticano.

Los mártires deberán ser beatificados próximamente, aunque la fecha de la ceremonia no se ha fijado.

Los españoles Luis Orencio, conocido con el nombre de Antonio Solá Garriga y 18 compañeros del Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas (La Salle) así como Antonio Mateo Salamero, sacerdote diocesano y José Gorostazu Labayen, laico, padre de familia, fueron asesinados “por odio a la fe” en diversos lugares del territorio de la archidiócesis de Madrid (España) en 1936, según la jerarquía de la Iglesia.

El papa reconoció también la muerte como mártir de Alberto María Marco y Alemán y ocho compañeros más de la Orden de los Carmelitas de la Antigua Observancia.

En otro decreto reconoció como mártires a Agustín María García Tribaldos y 15 compañeros del Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, asesinados “por odio a la fe” en diversos lugares del territorio de la archidiócesis de Madrid (España) entre 1936 y 1937.

En un último decreto el pontífice autoriza que sean considerados como mártires Mariano Alcalá Pérez y 18 compañeros de la Orden de la Bienaventurada Virgen María de las Mercedes que murieron en Lleida (España) entre 1936 y 1937.

Los decretos fueron promulgados dos días después de que el cardenal italiano Angelo Amato, prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, beatificara en España a 23 mártires de la guerra civil española, los llamados “Mártires de Paracuellos”.