El partido de los Hermanos Musulmanes, ganador de las primeras elecciones legislativas desde la caída de Hosni Mubarak, aseguró este sábado representar un Islam “moderado”, y buscó distanciarse de los fundamentalistas salafistas, segundos colocados en los comicios.

“Las preocupaciones (de los liberales) son infundadas y no tienen ninguna relación con la realidad. Representamos un Islam centrista y moderado, no imponemos nada por la fuerza. Los cambios que defendemos ocurrirán de manera gradual”, dijo a la AFP el vocero del partido, Mahmud Ghozlane.

Esos cambios, además, se darían en los planos político, económico y social, añadió el portavoz, sin ofrecer detalles.

“Esperamos que las personas puedan distinguir entre los dirigentes movimientos y metan a todos los islamistas en la misma bolsa”, dijo, en una referencia al partido Al Nour, que defiende la corriente radical salafista.

El salafismo es una corriente rigurosa del Islam sunita, fundada sobre una interpretación estricta y literal del Corán. Los salafistas proponer la aplicación integral de la sharia, la ley islámica, con la separación estricta entre los sexos, y llaman a purificar el Islam de toda influencia extranjera.

Al ser consultado sobre la posibilidad de una eventual coalición con Al Nour (unión que representaría 70% de los votos), el vocero de los Hermanos Musulmanes dijo que la cuestión era “prematura”.

“La gente ha escogido a los que representan su identidad islámica, a quienes confían. Los Hermanos Musulmanes viven entre la gente y conocen su sufrimiento. La gente ama a quienes le sirven, no a aquellos que la trata con condescendencia”, dijo Ghozlane.