Científicos de Alaska dijeron el martes que descubrieron cómo hacer que las ardillas hibernen, un proceso que podría ser utilizado para preservar la función cerebral en los humanos que sufren accidentes cerebrovasculares o ataques cardíacos.

Pero la técnica funcionó sólo en ardillas que fueron despertadas por los investigadores durante la temporada de hibernación, no fuera de los horarios normales de hibernación, indicó el estudio publicado en la revista especializada The Journal of Neuroscience.

Investigadores de la Universidad de Alaska en Fairbanks estudiaron a las ardillas terrestres árticas, dándoles una sustancia similar a la cafeína para despertarlas de su hibernación.

Otra sustancia les fue suministrada en distintos momentos del año para ver si podía estimular partes del cerebro que impulsan una molécula llamada adenosina a adherirse a los receptores, causando así la somnolencia.

“Cuando una ardilla comienza a hibernar y cuando uno se siente somnoliento es debido a que las moléculas de adenosina se han unido a receptores en el cerebro”, dijo Tulasi Jinka, autor principal del estudio.

La adenosina enlentece la actividad de las células nerviosas. Los animales que hibernan experimentan temperaturas corporales muy bajas y toman poco oxígeno, pero no sufren daño cerebral.

Si los científicos pudieran dominar este proceso en humanos, serían capaces de prevenir daños causados por traumas graves, cuando la gente deja de respirar o sufre un repentino ataque al corazón.

Pero para eso queda un largo camino por recorrer.

Los investigadores fueron capaces de despertar a una ardilla durante su hibernación y luego conseguir que se volviera a dormir. Sin embargo, cuando trataron de inducir a la hibernación fuera de la temporada regular, sólo lo lograron en dos de seis ardillas durante la temprana temporada de hibernación, pero no en el verano, cuando las ardillas no hibernan.

Los investigadores no tienen certeza de qué hace que el cerebro se vuelva lo suficientemente sensible a la adenosina como para permitir entrar en un estado de hibernación cuando la temporada es la correcta.

Su próximo paso es probar el proceso en las ratas, cuyos sistemas son más similares a los humanos.

“Comprender las cualidades neuroprotectoras de los animales que hibernan pueden llevar al desarrollo de un medicamento o tratamiento para salvar la vida de la gente después de un accidente cerebrovascular o un ataque al corazón”, dijo Kelly Drew, autora y profesora en el Instituto de Biología Ártica de la Universidad de Alaska en Fairbanks.