El volante de Universidad Católica Francisco Pizarro, junto a Rodrigo Valenzuela debieron comparecer ante el Tribunal de Disciplina de la ANFP, luego del lapidario informe que presentó el árbitro Enrique Osses por el partido de revancha de la final del Torneo de Apertura, en donde aseveró que fue agredido.

La defensa de Pizarro se basa en que lo descrito por el juez en el informe, donde se indica que el mediocampista lo agredió con golpes de pies y puños, tanto al referí principal como al guardalínea, no habría sido efectivo.

Al respecto, el jugador confesó estar inquieto por conocer la sanción que se le aplicará, agregado que al ver las imágenes del partido, “no vi nada de lo que me pueda arrepentir. A lo mejor me excedí en decirle algunas cosas, pero eso lo reconozco, pero nada más”.

Lo anterior, tras los incidentes ocurridos en el partido jugado en el estadio San Carlos de Apoquindo, partido al que la Católica llegó con una ventaja de 2-0 pero que no supo aprovechar cayendo pro 4-3 en el global, finalizando el pleito con los jugadores de la franja descontrolados.

En ese sentido, Pizarro señaló que “después del partido los jugadores pensamos que el árbitro había influido un poco. Nos condicionó muchos jugadores, y por eso la calentura”.

La base de la defensa del jugador es que él no registra hechos de violencia anteriores, reiterando que es inocente de las acusaciones de violencia física, aunque sí reconoce que insultó a los árbitros.

Incluso el jugador reveló que tras el partido se acercó al camarín de los árbitros para pedir disculpas por lo sucedido. Lo concreto que este martes el jugador deberá comparecer ante el Tribunal de Disciplina, para presentar su defensa, y en donde arriesga hasta 20 fechas de castigo.