El espectacular aumento de las matrículas universitarias se está convirtiendo en un serio problema para los estudiantes y muchas familias estadounidenses en momentos en que enfrentan la peor crisis económica desde los años 1930.

En la última semana, la Universidad Estatal de Michigan anunció un aumento de 7% en la matrícula, mientras que la Universidad estatal de Oklahoma anunció un aumento de 4,8% y la de Nebraska 5% para el ingreso de estudiantes.

“Los precios de la universidad han crecido más que cualquier otro rubro en la economía estadounidense, en forma más acelerada incluso que los cuidados médicos y ciertamente más que la inflación y los ingresos familiares”, dijo Patrick Callan, fundador del Centro Nacional de Políticas Públicas y Educación Terciaria.

“Lo que vemos en esta situación económica es una acelaración de una tendencia que se ha dado por tres décadas y que implica más y más costos a los estudiantes y familias”, agregó.

El enojo que provocaron los recortes a la educación en el presupuesto federal se tradujo en protestas en todo el país en marzo y abril pasados, y los estudiantes están claramente luchando para lidiar con una carga financiera adicional.

Natalie Papini ingresará este año a la Middle Tennessee State University, donde se anunció un aumento de 9,8% en la matrícula y las cuotas, de acuerdo con la publicación en línea Inside Higher Ed.

“Solo pienso que es un círculo de nunca acabar. Solo veo que sigue subiendo y subiendo, y que nunca baja”, señaló Papini, que se beneficia de varias becas aunque aún debe alquilar los libros más que comprarlos.

“No prendimos la calefacción en el invierno para ahorrar dinero y no vamos a ninguna parte si no es necesario”, dijo a la AFP.

De las más de 2.000 universidades que ofrecen cursos en Estados Unidos, hay una amplia variedad de precios, dijo a la AFP Richard Fry, economista del Pew Research Center.

Buena parte de esas universidades, la mayoría estatales y regionales, cuestan entre 3.000 y 9.000 dólares por año (sin incluir alimentación y alojamiento), mientras que en las universidades privadas, el abanico de precios va de un promedio de 21.000 a 42.000 dólares por año. Menos de 2% de las universidades cuesta más de 42.000 dólares anuales.

Según CollegeBoard, que monitorea las tendencias en la educación terciaria, solo la tercera parte de los estudiantes de tiempo completo asiste a clases sin alguna forma de asistencia financiera, y más y más estudiantes recurren a préstamos para poder cumplir.

“La forma en que las familias de ingresos medios han pagado por estos grandes aumentos es a través del crédito. Por lo tanto, los préstamos estudiantiles han crecido drásticamente”, señaló Callan.

Los créditos estudiantiles crecieron 10% entre 2009 y 2010, según CollegeBoard y de acuerdo con los datos más recientes de 2008, 61% de los estudiantes que dependen de sus familias con ingresos de entre 60.000 y 90.000 dólares anuales, tenían una deuda educacional media de 17.000 dólares.

Esa cifra se eleva para aquellos que asisten a instituciones privadas sin fines de lucro, donde 75% de los estudiantes tienen una deuda media de 21.000 dólares; y en las universidades con fines de lucro, el 99% de los estudiantes terminó con una deuda promedio de 34.600 dólares.

“Mucha gente va a empezar a preguntarse si el beneficio de ir a un lugar más caro realmente vale la pena, o si se puede obtener una buena educación en los otros lugares”, señaló Callan.

De acuerdo con un estudio publicado en mayo por Pew Research, 57% de los estadounidense piensa que “el sistema de educación terciaria en Estados Unidos fracasa en brindar a los estudiantes un buen retorno en relación al dinero que ellos y sus familias gastaron”.

“No obstante, es mucho mejor ir a la universidad que no hacerlo; incluso en una mala economía la tasa de desempleo entre los graduados universitarios es menor que entre los no graduados”, dijo Callan.

Fry indicó que el ingreso a las universidades aún se encuentra más alto que nunca, en parte debido a que la gente está preparada a desembolsar más porque a la postre paga más ingresar a universidades más caras.

Pero el creciente costo de la matrícula universitaria está poniendo obstáculos a la tan mentada movilidad social estadounidense. “El sistema como un todo se ha vuelto más estratificado por ingresos”, señaló Callan.