Complejo se está haciendo el panorama para la empresa generadora Colbún, en el proceso de negociación con las familias cuyos terrenos serán inundados con el futuro embalse de la central hidroeléctrica Angostura.
La compañía debe llegar a convenir acuerdos con una docena de grupos familiares que serán afectados por el proyecto energético que se levanta entre las comunas de Santa Bárbara y Quilaco, el cual aprovecha las aguas de los ríos Bío-Bío y Huequecura.
Los mayores problemas se concentran en las familias pehuenches del sector, cuyos terrenos están protegidos por la Ley Indígena, y para los cuales no sólo debe considerarse una compensación en dinero sino que también la entrega de una superficie similar o mayor de la tierra afectada.
A la firme oposición de la familia Méndez Curriao, se suma un conflicto en ciernes con la familia Purrán que, aunque primero aceptó el ofrecimiento, luego lo rechazó por estimarlo insuficiente, ya que no se habría considerado a todos los hijos del dueño de casa.
De hecho, en la mañana de este viernes debían reanudarse las conversaciones pero el retraso en el arribo de los negociadores de Colbún causó la molestia del grupo familiar, que incluso efectuó una manifestación en el sector de Los Notros.
Sin embargo, la reunión finalmente se pudo realizar entre la empresa y la familia Purrán, cuyos resultados se conocerán en horas de la tarde.
La central Angostura, que inundará más de 400 hectáreas, implicará invertir más de 600 millones de dólares para instalar una planta de generación con una capacidad de 316 megawatts de potencia instalada.