Un kamikaze al volante de una camioneta cargada de explosivos destruyó por completo una comisaría y mató a ocho policías y a un soldado el miércoles en Peshawar, en Pakistán, en el cuatro atentado reivindicado por los talibanes aliados a Al Qaeda para vengar la muerte de Osama Bin Laden.

La explosión, perpetrada al amanecer, redujo a ruinas el edificio de tres plantas y el balance relativamente leve de nueve muertos se debe a que sólo estaban presentes los funcionarios que hacían turno de noche.

“Un atacante suicida lanzó su vehículo cargado de explosivos contra la comisaría de la policía criminal (CID) en el distrito militar, hiriendo al menos a 15 personas”, dijo a la AFP Mohammed Ijaz, un oficial de policía en Peshawar, que aseguró que el edificio de tres pisos quedó destruido.

Los talibanes aliados de Al Qaeda reivindicaron ante la AFP el atentado suicida.

“Vamos a acelerar el ritmo de estos ataques para vengar la muerte de Osama Bin Laden”, dijo a la AFP por teléfono desde un lugar desconocido Ehsanullah Ehsan, el portavoz del Movimiento Talibán de Pakistán (TTP).

“Estos ataques continuarán hasta que cesen los ataques de los aviones no tripulados estadounidenses y las operaciones del ejército en las zonas tribales” paquistanas, prometió también el portavoz.

Los talibanes habían jurado, el mismo día de la muerte del líder de Al Qaida hace más de tres semanas, intensificar su campaña de atentados que ya dejó cerca de 4.400 muertos en menos de cuatro años en este país aliado de Washington en su “guerra contra el terrorismo”.

Habían prometido en particular atentar contra las fuerzas de seguridad paquistaníes, acusando a Islamabad y a su ejército de complicidad en el ataque estadounidense que costó la vida a Ben Laden el 2 de mayo en el norte del país.