La nube de cenizas expulsada por el volcán islandés Grimsvötn dejó en tierra este martes a miles de pasajeros en Escocia y amenazaba con paralizar el tráfico aéreo en el norte de Europa, aunque un cierre de gran amplitud del espacio aéreo no está contemplado, según la Comisión Europea.
“La nube ha alcanzado Escocia e Irlanda del Norte”, explicó el jefe de operaciones del organismo de control del tráfico aéreo europeo Eurocontrol, Brian Flynn.
“A final de la jornada, la nube debería alcanzar el sur de Escandinavia, Dinamarca y parte del norte de Alemania. Posteriormente, debería continuar hacia el sur y alcanzar primero Francia y después España, pero es difícil saber cuándo”, añadió.
La Comisión Europea anunció este martes que no prevé un cierre de gran dimensión del espacio aéreo de la Unión Europa (UE).
Los europeos deben prepararse para “una semana muy difícil para los pasajeros y las compañías aéreas”, declaró a la prensa el comisario de Transporte, Siim Kallas, pero “no anticipamos un cierre de gran magnitud de nuestro espacio aéreo como lo ocurrido el año pasado”.
“Las cenizas (del volcán) son diferentes, las condiciones meteorológicas son diferentes y la respuesta europea es diferente” con una coordinación reforzada entre las autoridades nacionales, que deben decidir si cierran su espacio aéreo, precisó.
Unos 500 vuelos fueron anulados el martes en Europa, anunció Eurocontrol. Aerolíneas como British Airways, KLM, Easyjet y Aer Lingus suspendieron sus vuelos con destino o final en Escocia hasta, por lo menos, este martes por la tarde.
Una información alentadora de la Oficina Meteorológica islandesa indicó que la nube de cenizas siguió retrocediendo en la noche y la madrugada. “La erupción es mucho menos fuerte que el primer día” sábado, declaró a la AFP una portavoz de la Oficina.
La autoridad finlandesa de aviación Finavia consideró que la densidad de la nube era muy reducida para perturbar el tráfico aéreo. Noruega, afectada por las cenizas el martes por la mañana, sólo registró perturbaciones menores con un regreso a la normal desde la tarde.
La fragilidad de la amenaza llevó a la compañía irlandesa de bajo precio Ryanair a no suspender vuelos. Un vuelo test efectuado el martes por la mañana sobre Escocia a través de una “zona roja” mostró “la ausencia de cenizas, lo que confirma la opinión de Ryanair en el sentido de que no hay amenaza alguna”, según la compañía.
Los aeropuertos de Glasgow y Edimburgo ya quedaron afectados el lunes por la noche, mientras que los de Aberdeen e Inverness también lo estarán en las próximas horas, según la NATS.
Además de los aeropuertos escoceses, también deberían verse afectados los aeropuertos de Londonderry (Irlanda del Norte) y Newcastle (norte de Inglaterra).
Temerosas de no repetir el caos provocado el pasado año cuando la erupción de otro volcán islandés cerró el espacio aéreo de buena parte de Europa durante casi un mes, las autoridades aéreas reiteraron que el espacio aéreo permanece abierto.
Aquella medida fue considerada como “exagerada” por muchas compañías aéreas.
Esta vez, las autoridades no impondrán las decisiones, sino que se dejará a la elección de cada aerolínea si vuela o no, siempre que puedan acreditar que disponen de un “plan de seguridad” para eventuales dificultades.
Según el ministro de Transportes británico, Philip Hammond, su país “está mucho mejor preparado” que en 2010 al haberse aumentado 20 veces el límite de concentración de cenizas para autorizar a volar.
El volcán Grimsvötn, el más activo de Islandia, conoce desde el sábado su mayor erupción en un siglo y medio.
Sin embargo, la actividad se redujo en la noche del lunes y la columna de humo es mucho menos alta que en la víspera, informó este martes la Oficina Meteorológica Islandesa, debido “probablemente” a la disminución de las emisiones y a los fuertes vientos.