Los residentes de Trípoli, sumida en una tensa calma, se preparaban este sábado para batallas sangrientas ante la amenaza del líder libio Muamar Kadhafi de armar a civiles para derrotar la rebelión popular, que controla la región petrolífera del este y amenaza con derrocar a su régimen.

Entrevistado por el canal Al Arabiya el hijo del líder libio, Saif al Islam, presentado hasta el inicio de la sublevación como el futuro sucesor de su padre, reconoció este sábado que hay en Libia “una voluntad interior de cambio”, pero afirmó que los manifestantes están manipulados y que la situación es “excelente” en la mayor parte del país.

Palabras que contrastan con la situación en el terreno. En Misrata, a 150 km al este de Trípoli, un testigo contactado por la AFP dijo por teléfono que manifestantes que concurrían a un entierro fueron blanco de disparos de “mercenarios” que habían llegado en helicópteros del régimen libio.

Según varios testigos, combates mortíferos entre partidarios y adversarios del líder libio, “apoyados por mercenarios africanos”, tuvieron lugar en Misrata en los últimos días.

Un testigo en Trípoli, que habló por teléfono con la AFP, dijo que las calles estaban semidesiertas luego de que los habitantes concurrieran a los negocios, en donde se formaron largas colas, para comprar pan y combustible. La víspera al menos seis manifestantes murieron por disparos, según testigos.

Durante la conversación con la AFP el testigo añadió que la ciudad aun está controlada por Kadhafi. Tanques y vehículos todo terreno de sus milicias patrullaban las calles.

Otras fuentes en Trípoli indicaron que dos de los tres hoteles de cinco estrellas de la capital estaban cerrados y que el tercero, el Corinthia, comenzó a evacuar a su personal.

A 120 km al oeste de la capital, la situación seguía tensa en Zuara. Las fuerzas pro Kadhafi, que desaparecieron de las calles, controlaban aún la ciudad rodeándola.

Pero la región oriental de Libia, rica en petróleo, está en manos de la oposición armada que está poniendo las bases de una nueva administración, principalmente en Bengasi, en donde comenzó la insurrección.

En el plano diplomático la presión se acentúa. “Parece que Kadhafi no controla más la situación”, estimó el jefe de gobierno italiano, Silvio Berlusconi.

En Nueva York, los quince países miembro del Consejo de Seguridad iniciaron consultas por segunda jornada consecutiva para intentar aprobar sanciones severas contra el régimen libio y detener así la sangrienta represión en el país.

El proyecto de resolución prevé un arsenal de sanciones, entre ellas un embargo sobre la venta de armas a Libia, la prohibición de los viajes del coronel Kadhafi y el congelamiento de sus haberes.

Advierte además a Kadhafi, que lleva 42 años en el poder, que las violencias podrían ser consideradas como crímenes contra la humanidad, según diplomáticos.

Este sábado, la célula antiblanqueo del ministerio de Finanzas francés, Tracfin, pidió a los operadores financieros que señalen todo movimiento sospechoso en torno a los haberes del dirigente libio y sus allegados.

La Unión Europea decidió el viernes decretar un embargo sobre las armas y el material de represión, así como la congelación de los haberes y prohibición de visas contra Kadhafi y sus allegados.

El presidente estadounidense Barack Obama también decidió el viernes la congelación de los haberes del dirigente libio y de su familia en Estados Unidos.

Este sábado era difícil evaluar el balance de víctimas mortales por las violencias. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, evocó el millar de muertos.

En tanto el éxodo de extranjeros en Libia continuaba. Autoridades de protección civil tunecina indicaron que más de 38.000 personas, principalmente tunecinos y egipcios, escaparon hacia Túnez a través de la principal ruta fronteriza de Ras Jedir desde 20 de febrero.

Desde el inicio, “18.000 tunecinos, 15.000 egipcios, 2.500 libios, 2.500 chinos y otras (personas) de diferentes nacionalidades” han cruzado la frontera, informó el coronel Malek Mihub de la protección civil tunecina en Ras Jedir.

Bangladesh, China, Egipto, India, Nigeria, Filipinas y Corea del Sur están entre los países que más nacionales tienen en Libia.

Turquía indicó que evacuó a 1.700 turcos y extranjeros desde Bengasi (este) este sábado.

Un buque de guerra británico y un transbordador fletado por China llegaron al puerto de Malta con 2.500 extranjeros provenientes de Libia.