En todo un hito para la ciencia se convirtió el caso de un estadounidense que, tras un costoso y complejo tratamiento, logró ser curado del SIDA.

VIH | Wikipedia (DP)

VIH | Wikipedia (DP)

El hombre fue identificado como Timothy Ray Brown de 42 años, quien desde 2007 estaba siendo tratado en el Hospital Médico Universitario de la Caridad en Berlín, Alemania, donde además del SIDA luchaba contra el avance de la leucemia.

Fue en este contexto que Brown recibió un trasplante de células madre sanguíneas, tratamiento que tras 3 años de pruebas, llevó a confirmar que el hombre se encontraba libre de todo rastro de ambas enfermedades.

Sin embargo los médicos se apresuraron en advertir que aún es muy pronto para alegrarse, ya que el procedimiento que curó a Brown se dio bajo un contexto tan riesgoso como inusual.

De hecho, la sangre que recibió no sólo pertenecía a un donante particularmente adecuado a su organismo, sino que contenía una mutación genética que le confirió resistencia natural al VIH, relata la agencia AP.

“Es una prueba de concepto interesante sobre cómo medidas extremas pueden llevar a la cura del VIH”, señaló el doctor Michael Saag, de la Universidad de Alabama en Birmingham. “Por desgracia, es demasiado riesgosa para convertirse en una terapia estándar, incluso de encontrar los donantes correctos”.

Esto, porque el proceso de transplante de médula o de células madre involucra destruir el sistema inmunológico del paciente mediante fuertes dosis de drogas y radiación, para posteriormente intentar crear un nuevo sistema defensivo a partir del material donado.

La mortalidad del proceso puede ser superior al 5%, advirtió Saag.

“No podemos aplicar este tratamiento en individuos sanos porque el riesgo es demasiado alto, especialmente cuando los cócteles de fármacos permiten mantener el VIH a raya en la mayoría de los casos. Sólo cuando un paciente de VIH además padezca cáncer, podríamos considerar la posibilidad de un transplante”, concluyó Saag.