La terapia genética podría ser una potente nueva arma contra las depresiones graves que no responden a ningún tratamiento existente, según un estudio llevado a cabo sobre ratones y que se basó en datos clínicos humanos.

Foto: Mtbrg en Stockxchng

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El ensayo consistió en restaurar un gen que activa una proteína en una parte minúscula del cerebro (el núcleo accumbens) eliminando en los ratones de laboratorio los síntomas de depresión, precisaron los autores del estudio publicado en la revista médica estadounidense Science Translational Medicine.

“Dados estos resultados, disponemos potencialmente de una nueva terapia para atacar lo que nosotros pensamos es una de las causas profundas de la depresión entre los humanos”, explicó el doctor Michael Kaplitt, corresponsable del estudio y profesor de cirugía neurológica de la facultad de medicina de la Universidad Cornell, de Nueva York.

“Las terapias actuales contra la depresión solo tratan los síntomas, no las causas profundas de la enfermedad”, precisó Kaplitt en un comunicado.

“Y si bien los antidepresivos dan buenos resultados entre numerosos pacientes, aquellos que sufren de una depresión avanzada y que no responden a esos medicamentos, deberían –es lo que esperamos– beneficiarse de nuestro nuevo enfoque”, añadió.

Esta investigación ha demostrado que la proteína p11 en esta única zona del cerebro es esencial para hacer sentir el placer y el sentimiento de satisfacción, a menudo ausentes entre los depresivos.

Esta región del cerebro había sido inicialmente estudiada en investigaciones sobre las costumbres.

Los análisis post-mortem revelaron que las personas que padecen de depresiones graves tenían niveles de proteína p11 muy bajos en la zona del cerebro en cuestión, comparativamente con los de las personas normales.

Pese a que los autores de este estudio estiman que la depresión es una enfermedad compleja en la cual numerosas regiones del cerebro y de circuitos neuronales están implicadas, destacan que a la luz de los resultados obtenidos el hecho de restaurar la producción de la proteína p11 podría alterar de manera significativa el curso de una depresión entre los humanos.

“Sin proteína p11, las neuronas, las células del sistema nervioso, pueden producir todos los receptores de serotonina que necesiten, pero éstos no serán transportados a la superficie de esas células”, indicó el doctor Kaplitt.

La serotonina es una sustancia que transmite el flujo nervioso entre las neuronas, así como entre las neuronas y un músculo.

Kaplitt insertó el gen que produce la proteína p11 en el núcleo accumbens del cerebro de ratones empleando un virus como vector, una técnica que ya había ensayado con éxito para un tratamiento genético de pacientes afectados de Parkinson en un estudio clínico de fase 1, cuyos resultados habían sido publicados en la revista médica británica The Lancet en 2007.