El ex presidente sudafricano, Nelson Mandela, héroe de la lucha contra el ‘Apartheid’, estuvo el domingo en el estadio Soccer City para saludar a los hinchas antes de la final del Mundial entre España y Holanda, en uno de los momentos más emocionantes del torneo.

Vestido de negro, con guantes y gorro, Mandela hizo una breve aparición en el estadio a bordo de un cochecito, junto a su mujer Graça Machel, que dio una breve vuelta por el césped, mientras los más de 80.000 espectadores gritaban “Madiba, Madiba”, su apodo.

Su presencia estuvo en duda hasta poco antes. A punto de cumplir 92 años y con un delicado estado de salud, Nelson Mandela tenía previsto estar el 11 de junio en la inauguración del torneo, pero la muerte unas horas antes de su bisnieta Zenani obligó a aplazar su presencia en el evento.

Su nieto acusó, un poco antes este domingo a la Federación Internacional de Fútbol (FIFA) de “meter presión” sobre el primer presidente negro de Sudáfrica para conseguir su presencia en la final de la cita mundialista.

“Ha decidido venir. Vendrá sólo para el inicio (de la ceremonia), para saludar a los hinchas antes de volver a casa”, comentó el domingo por la tarde Nkosi Zwelivelile Mandela, el portavoz de la familia que poco antes había señalado que la familia aún estaba pensando en la posible presencia del premio Nobel de la Paz.

“Es sólo para dar las gracias y rendir homenaje a todos los hinchas”, apuntó, explicando que tiene previsto ver la final Holanda-España por televisión.

El presidente de la FIFA, Sepp Blatter, declaró el jueves que esperaba ver al primer presidente negro de Sudáfrica (1994-1999) en la final. “Esto creó expectativa”, lamentó el nieto de Mandela.

Blatter deseó que Mandela entregara el trofeo al vencedor del torneo como lo hizo en la final del Mundial de rugby en 1995, en Johannesburgo.

El equipo sudafricano ganó la competición de hace quince años y el presidente Mandela dio una gran alegría a los compatriotas blancos del país, asistiendo a la final vestido con una camiseta de los ‘Springboks’, el equipo fetiche de los dirigentes del ‘Apartheid’, que había caído justo un año antes.

Mandela, uno de los principales artífices de la atribución del Mundial de fútbol a Sudáfrica, parece estar a nivel de salud muy debilitado por la edad, y ha reducido notablemente su agenda para aparecer lo menos posible en público.