Debo decir que no me sorprende que Marco Antonio Figueroa se vaya de U. Católica, lo que me llama la atención es el momento. Es extraño que a un técnico con el que no se sentían conformes lo echen una semana antes del reinicio del campeonato, un sentimiento que incluso comparte el capitán del equipo Milovan Mirosevic junto a la mayoría de los integrantes del saliente cuerpo técnico.

Figueroa

Cruzados.cl

La sensación que queda es que se le acabó el crédito al Fantasma y que mucho se lo prestaba el ex – Presidente del club Jorge O’ Ryan.

O’ Ryan fue uno de los que más defendió a Marco Antonio Figueroa durante su mandato, y lo hizo avalado en las críticas permanentes que habían hacia el club, sobre la falta de sangre y garra para ganar títulos y que ahora que había un técnico con carácter tampoco lo querían.

Lo claro es que lo de Figueroa no era sólo carácter, el tipo tuvo sus méritos como técnico, pero no le alcanzó para encandilar y menos para entrar en el paladar de los hinchas cruzados, un paladar extraño y complejo por decirlo menos, porque su amor incondicional cambia con mucha rapidez, incluso con nombres tan identificados con la casa estudiantil como Fernando Carvallo, Pellicer y Olmos.

El error de Figueroa fue el de muchos, dejó que el personaje se comiera al técnico y ahí se enredó, empezó a ver enemigos donde no los había, generó anticuerpos dentro del propio club en jugadores, funcionarios y colegas. Y aunque en muchas de sus críticas pudo tener razón, en este medio tienes que valorarte por los resultados antes de pontificar o dar lecciones. Ejemplos de eso hay muchos para ratificar la teoría.

Figueroa no ganó nada en su paso por U. Católica y su currículum tampoco ofrecía mucho en Chile, salvo una campaña decente en Cobreloa, pero el quería convencerlos a todos, que su trabajo era el de un campeón del mundo. Lo malo del Fantasma es que cometió los mismos pecados de muchos dirigentes cruzados, careció de la autocrítica para asumir que se equivocó al elegir jugadores, que los mandó al frente en muchas ocasiones, incluso cuando los errores fueron más del director que de los dirigidos. El plantel no estaba tan unido como se decía y las filtraciones eran la tónica en la cordillera, lo malo es que nadie era capaz de sostener los dichos en los micrófonos y optaban por el mutismo mediático.

El trabajo venía torpedeado hace meses, los roces con Felipe Achondo, los problemas con la hinchada con algunos jugadores y la prensa hacían insostenible la continuidad y ahí está el error de Cruzados SADP. Dar esperanza a un enfermo terminal, es cruel y más aún, para qué demorar algo que no tenía destino.

La excusa de las últimas declaraciones de Figueroa no son suficientes para justificar su salida, el gran pecado de la nueva administración es no haber asumido que esto debía cortarse antes y así darle el tiempo necesario al nuevo entrenador para hacer una intertemporada con un plantel propio y no con uno casi armado a una semana del inicio del torneo, pero arriba en la cordillera hay muchos que carecen de la sensibilidad futbolística necesaria y lo peor de todo es que quieren resultados inmediatos.

Al momento de escribir esto aún no hay técnico y las variantes pasan por Pizzi, Berizzo y Del Solar, 3 escuelas y estilos distintos que sólo revelan que en la nueva SADP no saben lo que quieren salvo que el Fantasma no camine más por San Carlos.