Una muchedumbre se baña este jueves a orillas del Ganges para lavar sus pecados e interrumpir el ciclo de la reencarnación en este río sagrado con motivo de una gran fiesta religiosa de India, enlutada por la muerte de 7 peregrinos en el Este del país.
El festival “Kumbh Mela”, con el que comienzan 3 meses de festividades en la ciudad de Haridwar, a unos 250 km al norte de Nueva Delhi, consiste en baños rituales en las aguas del Ganges para purificarse.
Pero una avalancha humana enlutó la jornada en el estado de Bengala Occidental (este), donde al menos siete peregrinos perdieron la vida cuando cientos de fieles buscaban sitio en un ferry que debía llevarlos a la isla de Gangas Agar.
En un país donde abundan las fiestas religiosas, el “Kumbh Mela” destaca por el enorme esfuerzo logístico que requiere.
Haridwar, una pequeña localidad del estado de Uttarakhand, espera cinco millones de peregrinos para el primero de los cuatro baños rituales del festival.
Desafiando un viento glacial, miles de hombres, mujeres y niños bajaron antes del alba los últimos escalones de las explanadas que bordean el río para lavarse la cara, la cabeza o sumergirse por completo, dejando una pila de ropa sobre las losas mojadas.
“Si toma un baño, su alma quedará purificada, no tendrá enfermedades y todos sus pecados quedarán lavados”, afirmaba Sushant Raj, un astrólogo vestido con una túnica amarilla que se bañó al amanecer. “Por la mañana temprano, el agua está limpia y posee muchos poderes naturales”.
Al despuntar el día, una muchedumbre compacta y abigarrada, entre la que se colaron decenas de fotógrafos aficionados, recibía los primeros rayos de sol meditando. El olor del incienso se mezclaba con el del jabón.
Con el paso de las horas, el río arrastraba collares de flores amarillas y rojas, pedazos de tela en ofrenda, guindillas … y algunas bolsas de plástico que se escaparon de las manos de los peregrinos.
“¡Sólo me lavé el pelo y ahora tengo frío! No sé si volveré”, confesaba con un castañeteo de dientes Bhawna Agrie, una adolescente procedente del estado de Uttar Pradesh.
Originario de Eslovaquia, Stefan Martinka, no podía creerse lo que estaba viendo: “¡Era mi sueño! Busco algo más espiritual en mi vida. Fui a meditar a orillas del Ganges, es extraordinario”, contaba entusiasmado este joven de 29 años.
Unos altavoces emitían cánticos melodiosos que alternaban con recomendaciones de seguridad difundidas por la policía y las fuerzas paramilitares, desplegadas en gran número en los puentes y sobre las aguas en lanchas neumáticas.
El festival conmemora una batalla de la mitología hindú entre los dioses y los demonios por un cántaro lleno de néctar de la inmortalidad. Durante la lucha, unas gotas cayeron sobre Allahabad, Haridwar, Ujjain y Nasik. La “Kumbh Mela” alterna en estas cuatro ciudades y se celebra cada tres años.