El jefe de los talibanes de Pakistán, Hakimulá Mehsud, se hallaba en un campo de entrenamiento hasta poco antes de que un avión sin piloto estadounidense bombardeara el jueves el lugar, matando a diez personas, dijo un portavoz islamista, negando versiones sobre la muerte del dirigente.

“Hakimulá Mehsud estaba presente en el lugar atacado”, dijo por teléfono a la AFP el portavoz del grupo Tehreek-e-Taliban Pakistan (TTP), Azam Tariq.

“Pero (Mehsud) se había marchado cuando el ataque se llevó a cabo. Está vivo, y a salvo”, agregó.

El bombardeo, el séptimo de ese tipo en lo que va del mes contra las zonas tribales del noroeste de Pakistán, se produjo en el poblado de Pasalkot, del distrito Waziristán del Norte, fronterizo con Afganistán y bastión del TTP, una organización aliada de la red islámica Al Qaida y de los talibanes afganos.

Televisiones locales habían difundido previamente versiones de la muerte de Hakimulá Mehsud, quien asumió en agosto pasado el mando del TTP, en reemplazo de Baitulá Mehsud, muerto en un bombardeo efectuado el 5 de ese mes por un avión sin piloto estadounidense.

El TTP, considerado responsable de la mayoría de los atentados que en los últimos dos años mataron a miles de personas en Pakistán, negó sin embargo durante meses la muerte de Baitulá Mehsud, aparentemente en un marco de duras luchas intestinas de poder.

El 9 de enero, Hakimulá Mehsud apareció en un video junto al ciudadano jordano que mató el mes pasado en un atentado suicida a siete agentes de la CIA y a un oficial jordano en la base de la central estadounidense de inteligencia en Afganistán.

El autor del atentado proclamaba en ese video-testamento que con su acción pretendía vengar la muerte de Baitulá Mehsud.

En el bombardeo del jueves murieron al menos diez personas, según fuentes de los servicios paquistaníes.

“Fue un ataque efectuado por un drone (avión guiado por control remoto) estadounidense” que mató a “por lo menos diez personas, insurgentes islamistas en su mayoría”, dijo a la AFP un agente de los servicios de inteligencia, que pidió el anonimato.

“El objetivo (del ataque) era un campo de entrenamiento de combatientes islamistas”, agregó.

Un oficial de los servicios de seguridad confirmó ese balance, y precisó que los aviones dispararon cuatro misiles.

Los siete bombardeos de este mes se llevaron a cabo en el distrito de Waziristán del Norte, bastión de Al Qaida, de los talibanes paquistaníes y de la red Haqqani, que prepara allí sus ataques contra las fuerzas extranjeras en Afganistán, donde Estados Unidos y la OTAN tienen desplegados 113.000 hombres.

El gobierno del presidente estadounidense Barack Obama considera Pakistán como un país clave en la guerra contra Al Qaida y el extremismo islamista, y sostiene que la guerra en Pakistán sólo podrá ganarse con la colaboración de las autoridades de Islamabad.

Los bombardeos estadounidenses en Pakistán alimentan sin embargo el resentimiento de la población de este país musulmán contra Estados Unidos y son denunciados por el gobierno.

Los misiles disparados por aviones sin piloto mataron a más de 700 personas desde agosto de 2008.