Casi la totalidad del centro histórico de la turística ciudad de Sao Luis do Paraitinga, interior de Sao Paulo, fue arrasado por una de las fuertes tempestades que han azotado el sudeste de Brasil, incluyendo una antigua iglesia, con perjuicios que llegarían a 58 millones de dólares.

Sao Luis do Paraitinga

Sao Luis do Paraitinga | Lets en Flickr

Según la televisión y agencias de prensa locales la ciudad quedó practicamente aislada pues las aguas cortaron las principales vías de acceso y un puente quedó sumergido.

Las autoridades estiman que los perjuicios en Sao Luiz (a 182 km de Sao Paulo, en el Vale de Paraíba) rondarían los 100 millones de reales (58,07 millones de dólares), que abrían 5.000 desabrigados y unos 600 inmuebles cubiertos de agua.

La Defensa Civil del estado de Sao Paulo informó que esa localidad es una de las más afectadas por las lluvias que estos días castigaron a buena parte de la región.

El mayor daño fue el del centro histórico de Sao Luiz, preservado desde 1982. Allí, casi el 80% de los edificios que datan del siglo XIX y comienzo del XX fueron destruidos o tapados de agua. De los 90 inmuebles construidos en esos siglos y considerados patrimonio histórico 70 fueron afectados.

Las construcciones perjudicadas más importantes fueron la Capilla de las Mercés y la Iglesia Matriz de Sao Luis de Tolosa, un símbolo de la ciudad construida hace más de 200 años y cuya estructura y torre se derrumbaron totalmente.

En las imágenes televisivas se veían decenas de casas sumergidas, edificios históricos destrozados, además de troncos, postes y todo tipo de objetos flotando, viviendas en escombros y automóviles abollados. El tradicional Carnaval de la ciudad fue suspendido

Equipos de socorristas de la Defensa Civil, de la Policía y otros trabajaban en el área, apoyados por pobladores -e incluso por instructores de rafting- para rescatar personas de áreas inundadas.

Las fuertes lluvias que derivaron en inundaciones y deslizamientos de tierra desde el 30 de diciembre en el sudeste brasileño dejaron más de 80 muertos, la gran mayoría en el estado de Rio de Janeiro, donde se registraron 72 decesos.