El presidente depuesto de Honduras, Manuel Zelaya, manifestó este jueves que desistió de abandonar su encierro en la embajada de Brasil para viajar a México porque el régimen de facto hondureño quería obligarlo a que “renunciara” al poder.

México pidió un salvoconducto el miércoles para que Zelaya viajara a ese país como huésped, lo que fue rechazado por el régimen de facto, que dijo que sólo aceptará que salga de Honduras como asilado, lo que implica que renuncie a la Presidencia.

“El gobierno de facto (…) tuvo otro fracaso al querer hacer que yo depusiera mi cargo (…), querían que yo renunciara”, declaró Zelaya a radio Globo.

Viajar como asilado implicaría una renuncia de Zelaya, cuyo mandato constitucional culmina el 27 de enero, mientras que al ir como huésped conservaría, al menos nominalmente, su condición de gobernante.

“Yo puedo estar aquí diez años (en la embajada), aquí tengo mi guitarra”, añadió el mandatario, refugiado en la legación diplomática desde hace casi tres meses.

La canciller mexicana, Patricia Espinosa, admitió este jueves que en este momento las condiciones para que Zelaya vaya a México “no están vigentes”.

“Por el momento, después de haber tenido una conversación telefónica anoche (miércoles) con el presidente Zelaya, todo parece indicar que las posibilidades de que este traslado se dé no están vigentes”, dijo Espinosa.

En tanto, un avión del gobierno de México que fue enviado a El Salvador para trasladar desde Honduras a Zelaya abandonó este jueves territorio salvadoreño.

Brasil criticó la negativa del régimen de facto de Roberto Micheletti a concederle salvoconducto a Zelaya. “Esa alegación del gobierno golpista es inaudita, no pueden crear condiciones para que (Zelaya) salga del país (…) demuestra la marginalidad de ese gobierno respecto a las normas internacionales”, dijo el canciller Celso Amorim.

Los frustrados preparativos para ir a México pusieron nuevamente a Zelaya como protagonista de la crisis hondureña, mientras el presidente electo Porfirio Lobo, un derechista elegido en los comicios del 29 de noviembre, se negó a comentar la nueva controversia.

“Desconozco toda la regulación diplomática lo que sí es que el Congreso tomó una decisión (de rechazar la restitución de Zelaya) en el marco del acuerdo Tegucigalpa /San José y hay que seguir con lo demás acuerdos”, declaró Lobo.

El futuro de Zelaya es completamente incierto. Sobre todo, luego de que el Congreso Hondureño rechazara restituirlo en el poder para que culmine su mandato.

Zelaya apuesta ahora a crear una “fuerza política” de izquierda para alcanzar de nuevo el poder para generar “transformaciones” en Honduras.

El intento de viaje a México fue anunciado un día después de que los presidentes de Costa Rica, Oscar Arias, y de Panamá, Ricardo Martinelli, advirtieran a Lobo que debe lograr que renuncie Micheletti antes del 27 de enero, día en que él debe asumir el poder, si quiere conseguir reconocimiento internacional.

También le advirtieron que el Congreso hondureño debe aprobar la amnistía para los involucrados en el golpe, lo que permitiría a Zelaya recuperar su libertad de movimiento.

Micheletti exigió este jueves respeto a la comunidad internacional, que mayoritariamente ha desconocido los resultados de las elecciones.

“Yo quisiera pedirles a las naciones del mundo que respeten a este pequeño país, que si no tenemos dinero o no tenemos petróleo, aquí sobra la dignidad en cada uno de los hondureños”, manifestó Micheletti.