El cineasta Roman Polanski, detenido hace dos meses en Suiza, será trasladado el viernes a su chalet alpino de Gstaadt, en espera de que la justicia decida si otorga su extradición a Estados Unidos, que quiere juzgarlo por haber mantenido relaciones sexuales con una menor hace 32 años.
La pequeña estación de esquí de Gstaad, habituada a la discreción y la tranquilidad, vivirá el viernes momentos de agitación febril con la llegada del célebre director de cine, prevista a partir de las 13:00 hora local (09:00 hora de Chile).
El pequeño camino que conduce a la vivienda de Polanski, a la entrada de esta distinguida estación de esquí, estará nuevamente repleto de periodistas, camarógrafos y camiones con antena de satélite para atrapar imágenes y comentarios del realizador del filme “El pianista”.
El ministerio de Justicia se negó a divulgar la forma en que el cineasta será trasladado de su prisión de Winterthour (este), a más de 200 km de su vivienda en el cantón de Berna (centro de Suiza).
Por su parte, la policía del cantón no tomó “ninguna medica específica” para la llegada de Polanski, que podría ser frenética dada la atención internacional que suscita el cineasta desde que fue detenido, el 26 de septiembre en Zúrich, donde debía recibir un premio en el festival de cine de esa ciudad.
No cabe duda de que Polanski, de 76 años, sentirá el cambio a una prisión domiciliaria como un alivio. Sus allegados dijeron que estaba muy afectado por esos dos meses de detención.
Sin embargo, el director de cine tuvo que entregar garantías considerables a la justicia suiza, que temía que se fugara hacia la vecina Francia. Para salir de la cárcel, gracias a una autorización otorgada excepcionalmente en este caso, Polanski tuvo que entregar una fianza de 4,5 millones de francos suizos (3 millones de euros). También deberá entregar sus documentos de identidad y llevar un brazalete electrónico.
Su esposa la actriz francesa Emmanuelle Seigner, y sus dos hijos Morgane y Elvis, seguramente estarán allí para recibirlo, indicó una fuente vinculada al caso. Por otra parte, uno de sus abogados franceses, Georges Kiejman, viajará en los próximos días para ver a su cliente, indicó dicha fuente a la AFP.
No obstante, el maratón judicial no ha terminado para Polanski, que podría ser extraditado a Estados Unidos, donde es buscado por “relaciones sexuales ilegales” con una menor de 13 años en 1977. En esa época, el director de cine se declaró culpable de ese cargo, por el cual podría ser condenado a dos años de cárcel, según las autoridades federales.
El 22 de octubre, Estados Unidos envió una solicitud formal de extradición a la oficina federal de Justicia (OFJ), que debe transmitirla al cantón de Zúrich.
La OFJ tiene varias semanas para decidir si acepta la extradición hacia Estados Unidos del cineasta. Este último tendrá un plazo para apelar ante el Tribunal Penal Federal de Bellinzone (sur), y en última instancia, ante el Tribunal Federal de Lausana.
La defensa de Roman Polanski ya advirtió que el cineasta luchará hasta el final contra su extradición.
Según fuentes judiciales estadounidenses, los abogados del cineasta también tienen intenciones de pedir la liberación de su cliente en ocasión de una audiencia de apelación el 10 de diciembre en Los Angeles (California, Estados Unidos).