La justicia suiza denegó el martes la libertad provisional a Roman Polanski alegando el riesgo de fuga del cineasta franco-polaco, detenido hace más de tres semanas a raíz de una orden de extradición estadounidense por “relaciones sexuales ilegales” en 1977.
Fuente: Agencia AFP.
El Tribunal Penal federal de Bellinzona (sur), ante el que los abogados del cineasta habían presentado el 29 de septiembre un recurso sobre la “orden de detención con vistas a la extradición” junto con una demanda de libertad provisional, argumentó que existían “elevados” riesgos de fuga.
“Visto el tamaño de Suiza, que permite desde cualquier lugar alcanzar la frontera, principalmente Francia, país de residencia del querellante, el riesgo de fuga por tierra o por aire parece especialmente alto”, explica en un documento oficial.
La corte asegura que la concesión de la libertad provisional es excepcional en los casos de extradición y resalta los “medios” financieros de Roman Polanski que le permiten fácilmente conseguir un “avión privado o un helicóptero” para huir “en unas horas”. Una operación muy fácil teniendo en cuenta que no hay controles aduaneros entre Francia y Suiza por ser espacio Schengen.
Acostumbrado a las fianzas en dinero contante y sonante, el tribunal no quiso aceptar como garantía el chalé que el director de cine posee en la estación de Gstaad (centro) por considerarlo “no satisfactorio”.
E hizo oídos sordos a los argumentos de la defensa de que Polanski se expone a una pena máxima de 50 años de cárcel en Estados Unidos o podría quedar arruinado si no consigue terminar su última película: “Ghost”.
En definitiva confirmó el primer dictamen emitido el 6 de octubre por las autoridades suizas, temerosas de que el cineasta se escape.
Todo parece indicar que la justicia suiza tomó en consideración que Polanski ya huyó de Estados Unidos hace más de 3 décadas para librarse de un proceso abierto contra él por “relaciones sexuales ilegales” con una adolescente de 13 años.
Más de 30 años después de los hechos de los que se le acusa, Polanski, Oscar al mejor director (2003) y Palma de Oro en Cannes (2002) por “El Pianista”, fue encarcelado a su llegada a Zúrich el 26 de septiembre.
Desde entonces, el cineasta espera la orden oficial de extradición de Estados Unidos, que dispone de 40 días para ejecutarla, con un plazo adicional de 20 días.
Determinados a hacer todo lo posible para evitar que su cliente de 76 años siga en la cárcel, sus abogados sacaron de la manga este martes el último as, anunciando su intención de recurrir ante la máxima instancia judicial helvética, el Tribunal federal de Lausana.
La decisión del Tribunal de Bellinzona fue un duro golpe para la defensa del cineasta que, según el abogado Hervé Temine, no se encuentra del todo en forma.
Tuvo que “someterse a pruebas” en un hospital suizo la semana pasada por una enfermedad que ya padecía antes de ser detenido, recordó el abogado, que este martes “no estaba seguro al 100%” de que haya vuelto a su celda.