Vestido de militar, Iván Márquez, ex número dos de la disuelta guerrilla FARC, reapareció para proclamar, en un video grabado en la selva, su regreso a las armas junto con otros jefes rebeldes que se apartaron del pacto de paz en Colombia.

“Ha comenzado la segunda Marquetalia (cuna histórica de la rebelión armada) bajo el amparo del derecho universal que asiste a todos los pueblos del mundo de levantarse en armas contra la opresión”, señala Márquez acompañado de Jesús Santrich y Hernán Darío Velásquez (El Paisa), prófugos de la justicia.

Después de un año sin noticias de su paradero, Márquez regresó para justificar su alzamiento frente a “la traición del Estado a los acuerdos de paz de La Habana”, y anunció una “nueva modalidad operativa” que excluye, según él, los secuestros.

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Si hay operatividad, si hay contundencia, esto se puede controlar
- Ariel Ávila, de la Fundación Paz y Reconciliación

El presidente Iván Duque desconoció de inmediato el carácter de “nueva guerrilla” de los levantados en armas y ordenó una ofensiva contra lo que llamó “una banda de narcoterroristas que cuenta con el albergue y el apoyo de la dictadura de Nicolás Maduro” en Venezuela.

En el video se puede ver a los tres comandantes flanqueados por 17 hombres y mujeres con fusiles y una pancarta al fondo en la que se lee “Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-EP”. Duque ofreció recompensas de 880 mil dólares por cada uno de ellos.

La justicia de paz, que investiga los peores crímenes cometidos durante el conflicto, ordenó la captura de Márquez y los demás cabecillas que aparecen en la grabación, en un proceso que concluirá seguramente con su exclusión definitiva del acuerdo de paz.

El factor Venezuela

La decisión de Márquez supone el mayor revés a los acuerdos negociados en Cuba y suscritos en 2016 bajo el gobierno del exmandatario y Nobel de la Paz, Juan Manuel Santos.

En virtud de ese pacto, que debía haber acabado con un conflicto de medio siglo con cientos de miles de víctimas, unos 7 mil combatientes depusieron las armas y se creó el partido FARC, aunque quedaron activas unas disidencias en proceso de expansión.

Duque, quien se había empeñado en modificar el acuerdo con la que fue la mayor guerrilla de América alegando un exceso de concesiones, se enfrenta al rearme de los exFARC metido de lleno en la campaña de Estados Unidos para sacar del poder a Maduro.

Archivo
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A finales de julio, el líder venezolano aseguró que Márquez y Santrich eran “bienvenidos a Venezuela”.

Estados Unidos, por su parte, expresó “una gran preocupación” por el apoyo del “régimen venezolano” a los grupos armados colombianos, según Elliott Abrams, representante especial de la Casa Blanca para la crisis venezolana.

El video de 32 minutos con la nueva imagen de los rearmados se realizó en las selvas del sureste de Colombia, limítrofes con Venezuela, según Márquez, exjefe negociador de paz.

La grabación está alojada en el portal farc-ep.info, un dominio web que, de acuerdo con la base de datos de la Corporación de Internet para la Asignación de Nombres y Números, se creó el 12 de agosto de 2019 en el estado venezolano de Anzoátegui (este), verificó la AFP.

Guiño al ELN

Si bien el grueso de las FARC se desmovilizó, unos 2 mil 300 combatientes distribuidos en varios grupos conforman las llamadas disidencias y se dedican mayoritariamente al narcotráfico y la minería ilegal, según inteligencia militar. En esa cifra se incluyen rebeldes que se apartaron del acuerdo y nuevos reclutas.

Márquez anticipó que el nuevo grupo buscará “coordinar esfuerzos” con aquellos “compañeros y compañeras que no han plegado sus banderas”, así como con el ELN, la última guerrilla activa en Colombia con un número similar de tropas que los también llamados desertores.

Uriel, comandante del Frente de Guerra Occidental del ELN, saludó el regreso a las armas de los exFARC y ofreció “una trinchera de combate”.

Analistas como Ariel Ávila, de la Fundación Paz y Reconciliación, creen que el Estado aún está a tiempo de contener este nuevo frente de violencia. “Si hay operatividad, si hay contundencia, esto se puede controlar. Si no, desafortunadamente vamos a volver a tener un conflicto armado político que era lo que quisimos dejar atrás”.

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El 90% de las Farc sigue en el proceso de paz. Hay que seguirles cumpliendo. A los desertores hay que reprimirlos con toda contundencia
- Juan Manuel Santos

Márquez se apartó del pacto alegando los mismos incumplimientos del Estado que ahora invoca para retomar las armas en un país donde el tráfico de drogas alimenta la violencia. Desde la firma de la paz al menos 143 desmovilizados han sido asesinados.

Santrich, entretanto, es prófugo dentro de un proceso que se le sigue por narcotráfico, mientras El Paisa -un temido jefe militar en épocas de las antiguas FARC- ya era buscado por incumplir lo firmado.

Los exnegociadores de paz en La Habana insistieron en defender el acuerdo, pese a la decisión de Márquez.

Rodrigo Londoño (Timochenko), presidente del partido FARC, tildó el anuncio de “golpe bajo”, pero dijo que “la gran mayoría” de su gente sigue creyendo en la paz. De su lado, el expresidente Santos tuiteó: “El 90% de las Farc sigue en el proceso de paz. Hay que seguirles cumpliendo. A los desertores hay que reprimirlos con toda contundencia”.

La ONU, que sigue la verificación de los acuerdos, expresó su condena enfática, pero resaltó que se trata de “un reducido grupo de excombatientes” y que la “inmensa mayoría de hombres y mujeres” de la antigua guerrilla “sigue cumpliendo con la paz”.