Si bien la mayoría de la población es consciente de que el consumo de alimentos con mucha grasa, azúcar o calorías propician el sobrepeso, pocos saben que existen químicos que pueden provocar un efecto similar, pero que no están en las comidas.

Se trata principalmente de los ftalatos (ácido ftálico) y el Bisfenol A (BPA), los cuales están presentes en productos de uso diario y serían peligrosos para la salud según algunos estudios.

Con respecto al primero, una investigación de Mount Sinai Medical Center de Nueva York (EEUU) determinó que “las mujeres con más peso tenían más alto el nivel de ftalatos en la orina”, señaló el doctor Philip Landrigan, director del sondeo.

Asimismo un estudio de Environmental Health Perspectives vinculó el químico con la diabetes y la obesidad en los hombres.

Los ftalatos son utilizados regularmente en cosméticos, jabones, pesticidas, lubricantes, bronceadores, plásticos, productos de limpieza y pinturas.

En cuanto al segundo, el Departamento de Pediatría de Universidad de Nueva York (EEUU), determinó que mientras mayor es la concentración de BPA en la orina de los niños, más propensos son a la obesidad. Este químico es usado principalmente en botellas de plástico y revestimientos de latas de conserva. Por ello, al comprar plásticos es importante verificar que tenga alguna etiqueta que indique “sin BPA”.

Otros estudios también han relacionado el BPA con trastornos de ansiedad e hiperactividad, problemas de fertilidad en los hombres, diabetes, enfermedades del corazón y problemas hepáticos.

Según Paula Baillie-Hamilton, experta en el metabolismo de las toxinas y el medio ambiente en la Universidad de Stirling (Escocia), la exposición a químicos obesógenos “puede dañar los mecanismos naturales del cuerpo para controlar el peso”, consigna NRDC.