La búsqueda del placer a través de la sexualidad ha sido un tema de investigación recurrente hace varias décadas, y muchas veces algún estudio estrictamente biológico nos termina entregando una ayuda en el ámbito del goce y el disfrute.

Algo así fue lo que experimentó el ginecólogo estadounidense Arnold Kegel, alrededor de 1948, cuando en su consulta atendía a decenas de mujeres que reportaban incontinencia urinaria por estrés o fugas de orina por motivos tan sencillos como estornudar o reír, señala el investigador en sexualidad Michael Castleman en una columna publicada en el portal especializado Psychology Today.

En ese entonces, y solo pensando en esta situación, Kegel investigó si era posible que el tener músculos del esfínter débiles dificulte la posibilidad de mantenerlos cerrados frente una presión abdominal provocada precisamente por actos como toser o reír.

Su hallazgo fue determinante, pues concluyó que al fortalecer los músculos del piso pélvico, que va desde la parte inferior del abdomen hasta el ano, podría ayudar a las mujeres a mantener cerrados sus esfínteres voluntariamente y así, curar la incontinencia por las situaciones anteriormente descritas.

Tan efectiva fue su recomendación que al día de hoy esta técnica recibe el nombre de ‘Ejercicios de Kegel’ y son recomendados por médicos especialistas como una de las alternativas más simples y eficaces, y que podría curar la incontinencia por estrés en uno o dos meses.

Con el paso del tiempo, un grupo de mujeres se dio cuenta de que al realizar periódicamente estos ejercicios obtenían mucho más que controlar su esfínter, ya que también conseguían orgasmos más intensos y duraderos.

Tamara Álvarez (cc) | Flickr
Tamara Álvarez (cc) | Flickr

Esta ‘confesión’ no fue de gran sorpresa para Kegel, pues estaba al tanto de que el músculo pubococcígeo (PC) es el que se contrae durante el orgasmo, por lo que al fortalecer este músculo también estamos trabajando para conseguir orgasmos más fuertes, y eso aplica para hombres y mujeres.

¿En qué consisten y cómo realizarlos?

De acuerdo a la Biblioteca de Medicina de los Estados Unidos, los ejercicios de Kegel se recomiendan actualmente para “fortalecer los músculos debajo del útero, la vejiga y el intestino (grueso)”, ayudando a “hombres y mujeres que tengan problemas con escape de orina o control intestinal”.

Sin embargo, recientemente también se ha presentado como una opción para mejorar orgasmos, siempre y cuando se realicen correctamente.

Lo primero que se debe hacer es identificar el PC, que es el mismo músculo que utilizamos para contraer e interrumpir la micción. Una de las formas más sencillas de identificar tu PC es intentar detener la micción varias veces, es decir, relajar y apretar.

Se deben sentir los músculos de la vagina (en el caso de las mujeres), la vejiga y el ano ponerse firmes y desplazarse hacia arriba, si los sientes así es porque estás realizando bien el ejercicio. En tanto, los muslos, glúteos y abdomen deben permanecer relajados.

Cuando ya se tiene identificado el PC, lo recomendable es que los ejercicios se realicen lentos y rápidos. Para los primeros, debes flexionar tu PC y mantenerlo contraído en una cuenta lenta de 3 y luego relajar. Para los rápidos, debes hacer lo mismo pero lo más rápido que puedas y luego relajar.

José Manuel Ríos Valiente (CC) Flickr
José Manuel Ríos Valiente (CC) Flickr

También se aconseja practicarlos 3 veces por día, repitiendo los movimientos 10 veces (5 lentas y 5 rápidas) durante la mañana, tarde y noche. Lo ideal, recomiendan, es que cada semana vaya aumentando el número de contracciones y fijarlas en unas 25 lentas y rápidas tres veces al día.

Otro punto a favor es que puedes practicarlos en cualquier lugar, pues nadie más se dará cuenta de lo que estás haciendo, aunque lo ideal es realizarlos tendido en una cama, tranquilos y con la vejiga vacía. De acuerdo a Castleman, te podría tomar unos dos meses de ejercicios diarios para notar orgasmos más intensos.

Hombres con problemas a la próstata

Si bien popularmente estos ejercicios están recomendados para mujeres, lo cierto es que los hombres también pueden realizarlos y con los mismos beneficios.

Es un hecho que los hombres mayores reportan más problemas sexuales que los jóvenes, principalmente por temas asociados a la erección, sin embargo, los orgasmos no tienen que ver directamente con la calidad de la erección.

De acuerdo a la investigación de Castleman, con el paso de los años los hombres presentan un agrandamiento de su próstata, lo que dificulta su micción. Para poder orinar, éstos deben apretar los músculos del piso pélvico, es decir, deben realizar ejercicios de Kegel y muchos ni siquiera lo saben o se dan cuenta.

Por lo mismo, al fortalecer esta zona claramente tendrán mejores orgasmos, al igual que las mujeres.

¿Cuándo no realizarlos?

Si bien el consejo es identificar tu PC cuando estás orinando, lo cierto es que no se recomienda que realices los ejercicios durante esta actividad, sino que solo para saber dónde están y cómo realizarlos.

Así al menos lo explicó la kinesióloga Carolina Silva, del Centro Miintimidad y especialista en disfunciones del piso pélvico, quien señaló a BioBioChile, que si bien esta contracción voluntaria de la musculatura del piso pélvico resulta beneficiosa, “es necesario conocer la forma correcta de realizar el movimiento a nivel de esta zona para evitar lesiones o aumentar el grado de disfunción”.

Silva asegura que “comúnmente, algunos de los pacientes que llegan al Centro Miintimidad para iniciar entrenamiento muscular del piso pélvico tienen la errónea idea de que contraer repetidamente estos músculos cuando están orinando es la manera adecuada de ejercitarlos. Y, me he visto en la obligación, de desmentir una y otra vez esta teoría ya que, si bien contraer el músculo para cortar la caída de la orina es el resultado de una contracción voluntaria del piso pélvico, interrumpir la micción es lo peor que se puede hacer“.

Lo anterior se debe a que al cortar el flujo de orina, esta “rebotará en el punto de cierre y tenderá a devolverse por el tracto urinario, pudiendo causar infecciones urinarias, y en los casos más graves, daño renal”.

De este modo, Silva indica que lo mejor es realizar estos ejercicios cuando desarrollas actividades cotidianas como subir o bajar escaleras, cargar peso, al toser o al reírse, “pero nunca se deben practicar durante el proceso de vaciamiento de la vejiga”.