Viviana Flores acababa de cumplir 19 años cuando decidió probar suerte en Mi nombre es de Canal 13, en 2011. Debido a los comentarios de varios compañeros y amigos, la joven se presentó como doble de Justin Bieber y a pesar de ser eliminada en una primera instancia, volvió en el repechaje. Ese fue su primer acercamiento con la televisión, pero no el último.
Algunos meses después de su paso por el programa busca talentos, decidió volver a darse una oportunidad en la pantalla chica y postuló al reality Mundos Opuestos, y como era de esperar quedó en el casting y se convirtió en una de las participantes más fuertes del espacio de telerrealidad.
Durante su paso por el programa despertó amor y odio, sin embargo, logró convertirse en la gran triunfadora en la competencia de mujeres, llevándose 25 millones de pesos.
Han pasado seis años de eso y hoy la vida de Viviana está muy lejos de la televisión. La joven entró a estudiar geografía y está completamente absorta en el tema.
“No me sentí muy cómoda en la tele, al menos en los formatos de ese tiempo. Y a pesar de tener ofertas de otros realities, en verdad, no era lo que yo quería. Entonces en ese limbo de no saber qué hacer entré a estudiar”, aseguró en entrevista con BioBioChile.
Como muchos jóvenes, Viviana no estaba segura de cuál era su camino, sin embargo, optó por seguir los pasos de su hermana que había estudiado Pedagogía en Historia y Geografía. “Siempre me habló con mucha pasión de la carrera. Yo estaba muy indecisa sobre qué estudiar, pero al final dije ‘démosle con geografía y veamos de qué se trata’. Pero tuve la suerte que después de un año me enganché y decidí seguir con ella”, aseguró.
Una de las cosas que más la atrajo de la carrera, es la posibilidad de poder moverse y no estar encerrada en una oficina, y además las diferentes ramas que existen dentro de esta ciencia.
Dentro de las que más le interesan está intervención social, el área documental y comunicación. “Prevenir a la sociedad sobre posibles riesgos por el cambio climático, intervenciones sociales a acciones antrópicas degenerativa del espacio, ese tipo de situaciones me apasionan”, explicó.
Un paseo por el pasado
Pero para poder encontrar su vocación, Viviana tuvo que hacer un largo recorrido de mucho aprendizaje.
Tras salir del colegio, entró a estudiar gastronomía pero la carrera no la llenó y al año decidió retirarse. En ese periodo sus amigos la impulsaron a postular a Mi Nombre es como doble de Justin Bieber. “Fui al casting, me dijeron ‘estás dentro’ y ahí empezó toda la odisea”, recordó.
Tras el programa siguió imitando al cantante canadiense, con el apoyo de las fans del artista, hasta que finalmente se aburrió. “Dije ‘esto no lo quiero más, necesito buscar experiencias nuevas’. Ahí apareció Mundos Opuestos. Un día estaba viendo tele apareció un comercial para casting de un nuevo programa en Canal 13, así que mandé la ficha”, afirmó.
Tras pasar por un proceso de selección, a finales de diciembre de 2011 recibió otra llamada donde le dijeron que debía ingresar al encierro en los próximos días. “Fue todo muy rápido”, dijo.
Obviamente la experiencia fue impactante y fuerte. “Los primeros días me sentía observando cómo fluía el espacio, porque estaba conviviendo con personas que tenían mucha experiencia en la televisión, otras personas que era la primera vez que estaban en un formato como ese y otras que iban dispuestas a todo con tal de ser parte de ese formato. Era difícil saber en quien confiar, saber que tenías que tener tolerancia con ellos, y darte el tiempo de conocerlos porque ibas a estar 24 horas con ellos”, reconoció.
En el programa compartió con famosos como Mariana Merino, Dominique Gallego, Camila Nash, José Luis Bibbó y Thiago Cunha entre muchos otros. Con algunos de ellos continúa en contacto esporádicamente hasta el día de hoy.
“Al principio me costó harto, mucho. Pero después me mentalicé que era un trabajo y que había pasarlo bien, conocer gente, y tratar de llegar lo más lejos posible. Ahí como que traté de tomar el reality de otra forma, no como mi vida en sí, como suele pasar. Las cosas se intensifican mucho adentro, como si el mundo girara en torno al reality”, explicó.
Pero sin lugar a dudas, lo más difícil para Viviana fue a la salida del programa. “Salir a la calle que la gente te haga sentir que te conocen de toda la vida, y tú te sientes un completo extraño frente a ellos, es difícil. Que te abracen de la nada, que te den besos de la nada y que se sientan con el derecho de hablar de ti y opinar de tu vida…manejar eso es complejo”, reconoció.
Sobre las críticas y comentarios en su contra, poco se enteró pues decidió mantenerse ajena a ello y no revisó redes sociales ni tampoco vio los capítulos del programa. “Salir y descubrir qué opinaban ocho mil personas de mí era insano. Decidí no hacerlo, porque finalmente la gente va a hablar y no puedes estar pendiente de lo que digan”, comentó.
A diferencia de otros chicos reality, Viviana también optó por no integrase a otros encierros a pesar de tener ofertas. Sin embargo, algunos años después retornó a la televisión en el programa Salta si puedes de Chilevisión, donde competían con otros famosos por los mejores piqueros.
“Me pareció bien entretenido, porque le tenía mucho miedo al agua y no sabía nadar y pensé que era una experiencia que iba a servir. Estuve como seis meses, entre los entrenamientos y el programa, pero después me sentí asfixiada”, relató.
“Me dije ‘¿para dónde voy? ¿qué estoy haciendo? ¿Qué realmente estoy cosechando de esto?’, porque la televisión básicamente lo que hace es mostrar personajes que tienen periodos de caducidad súper cortos, a no ser que tengas estudios y seas un aporte para la TV”, reflexionó. “Personajes farandulilla que se hicieron famosos en un reality, duran lo que dura el reality y un par de meses después”, sentenció.
Así que en 2014 decidió alejarse completamente de la pantalla chica y cultivarse en otras áreas. “Aproveché que aún estaba a tiempo de estudiar y hacer algo para entregar algo productivo para la sociedad”, recordó.
Una historia de amor
Desde hace cuatro años, Viviana mantiene una relación consolidada a la que cuida con esmero y que no le gusta ventilar.
“En mis redes sociales son pocas las cosas que subo, porque muchas veces lo que tú entregas también es lo que vas a recibir”, afirmó sobre su romance con una joven estudiante universitaria.
“Por eso trato de ser más cuidadosa, y no tanto por estar preocupada por lo que digan, sino porque realmente siento que las cosas valiosas tienes que guardarlas en lo privado, en lo intimo. Salir después del reality y tener tanta sobrexposición no fue sano y no quiero cometer los mismos errores”, agregó.
Y aunque dice que un Acuerdo de Unión Civil no está en sus planes inmediatos, tampoco lo descarta. “La verdad no me apego mucho a las normas y a las leyes y para mí no es una prioridad firmar un papel para sentirla más cerca o amarnos más, por así decirlo. Yo creo que en un futuro si necesitamos un documento que nos permitiera tener mayor seguridad o decisión en torno a ella en temas de salud o embarazo o de lo que pudiese suceder, lo hago encantada. Pero para mí no es necesario”, finalizó.
