Pronto a cumplirse dos años desde la desaparición del avión Cessna 172, el cual despegó desde Isla Mocha a Tirúa con cinco personas a bordo, las familias de las víctimas se aprestan a conmemorar la fecha de forma separada, sin descartar presentar acciones legales ante lo ocurrido.

El martes 6 de octubre se cumplirán dos años del caso que conmovió a la región del Bío Bío, cuando cerca de las tres de la tarde de un domingo, despegó el avión Cessna 172 desde el aeródromo Punta El Saco de Isla Mocha hacia el Lequecahue de Tirúa, sin llegar a destino jamás.

La búsqueda movilizó a centenares de personas y equipos. Con el paso de los días y meses los hallazgos más relevantes fueron trozos metálicos de la aeronave, prendas de vestir y una mochila con una cámara fotográfica.

El piloto era Mario Hahn Cortéz, de 68 años, y los cuatro pasajeros: Leslie Elizabeth Roa Sufray, de 27 años; su amigo Erik Ariel Arriagada Zúñiga, de 26; Jorge Octavio Luengo Suazo, de 53; y su hijo, Jorge Alejandro Suazo Espinoza de 28.

El hijo del piloto, Julio Hahn, comentó que la conmemoración de las familias será separada este año, ambas marcadas por la tristeza.

Un informe de la Dirección General de Aeronáutica Civil aseguró que el avión tenía su centro de gravedad alterado, llevaba sobrepeso, un pasajero más de lo recomendado, menos del combustible mínimo y voló a menos altura de la sugerida, entre otros aspectos, pero para Julio nada de eso explica finalmente lo sucedido, como tampoco lo hizo la investigación de la Fiscalía.

Las familias de los pasajeros declinaron emitir declaraciones por un compromiso con un medio de comunicación por un reportaje que se emitirá este fin de semana, en que se anunciarían nuevos antecedentes y la eventual presentación de acciones legales contra los responsables del vuelo o ante los organismos a cargo de la seguridad aérea en el país. En todo caso, Julio Hahn estima que no existen argumentos, por ejemplo, para una demanda civil contra la empresa de su padre.

La familia del piloto se reunirá mañana sábado en Concepción, mientras la de los pasajeros lo harán el domingo en el aeródromo de Tirúa, donde existe un memorial que recuerda a las víctimas.