Nuevos enfrentamientos entre la policía israelí y palestinos tuvieron lugar el miércoles en la Ciudad Vieja de Jerusalén, junto a la entrada de la mezquita Al Aqsa, cuyo acceso había sido limitado a los musulmanes de más de 50 años por las autoridades israelíes.

La policía empleó granadas para hacer retroceder a unas 400 personas que se habían congregado cerca del acceso a la mezquita, constató un fotógrafo de la AFP.

Cuatro palestinos fueron detenidos y tres policías resultaron heridos, indicó a la AFP Luba Samri, portavoz de la policía.

Por segunda vez en una semana, se restringió el acceso a los palestinos de más de 50 años a la Explanada de las Mezquitas, escenario de tensiones crecientes.

En ocasión de la fiesta judía del Sucot, la policía autorizó el lunes a grupos de fieles, incluidos extremistas de derecha y colonos israelíes, a acceder a determinadas horas y baja estricta vigilancia a la Explanada.

La llegada el lunes de estos grupos fue interpretada por los musulmanes como una provocación, lo que dio lugar a enfrentamientos entre policías israelíes y jóvenes palestinos.

“Queremos que el Monte del Templo (como llaman los judíos a la Explanada) permanezca abierto para los musulmanes, pero también para los judíos, pero si los judíos no pueden ir, entonces los musulmanes tampoco”, declaró el martes el ministro israelí de Seguridad Interior, Yitzhak Aharonovish, amenazando con cerrar el lugar santo.

Las tensiones se extienden más allá de la Ciudad Vieja y el martes por la noche se registraron incidentes en Jerusalén Este, con un saldo de un policía herido levemente y un palestino agredido por tres israelíes que fueron detenidos, según la policía.