El ex jefe de la Fuerza Aérea del Perú, Elesván Bello, reconoció el jueves que desvió fondos de su institución para financiar la reelección de Alberto Fujimori en 2000, en el juicio que se sigue a éste por sobornar con dinero estatal a diarios sensacionalistas.

Los fondos, por montos de 120.000 dólares cada quincena durante casi dos años, eran destinados al Servicio de Inteligencia Nacional (SIN), que controlaba Vladimiro Montesinos, en el gobierno de Fujimori (1990-2000).

Fujimori y Montesinos están en la cárcel cumpliendo condenas de 25 años por violación de derechos humanos y corrupción.

Al declarar como testigo ante un tribunal, Bello, un teniente general retirado, que estuvo preso por corrupción, confesó que fue informado por Montesinos que el desvío del dinero públicos era una orden de Fujimori.

“Montesinos nos dijo que era por orden del presidente Fujimori, pero yo nunca le pregunté, nunca le consulté al ingeniero sobre el desvío de los fondos”, declaró ante el tribunal que preside la magistrada Aissa Mendoza.

Bello admitió que la entrega del dinero al SIN era “irregular” y que no había norma escrita que sustentara ese desvío.

Fue una orden verbal, al principio creí que era para labores de inteligencia; después me enteré que era para apoyar actividades de las elecciones del 2000, pero seguí dando el dinero“, declaró.

El juicio a Fujimori, de 75 años, se reinició este jueves luego que a inicios de diciembre fuera operado por sexta vez de una lesión cancerígena recurrente a la lengua.

El ex mandatario es procesado por financiar con dinero estatal a los diarios sensacionalistas, conocidos como “prensa chicha”, que se dedicaban a insultar y denigrar a quienes se oponían a su segunda reelección.

La fiscalía ha pedido que se le condene a seis años de cárcel y al pago de una reparación civil de un millón de dólares.

El expresidente ya tiene otras tres condenas que fluctúan entre 6 y 7 años por delitos de corrupción. En Perú no se acumulan las condenas y prevalece la mayor.

Fujimori fue elegido en 1990, reelegido en 1995 y obtuvo su segunda reelección en 2000 en unos controvertidos comicios. En noviembre de ese año huyó a Japón, al descubrirse una red de corrupción que dirigía su asesor Montesinos. En 2005 viajó a Chile, de donde fue extraditado en 2007.