“¡Yo no como sal!” … es una frase común que escuchamos repetir a algunas personas que decidieron eliminar el consumo de este condimento de su dieta para tener una mejor salud.

Pero, ¿es necesario eliminarla por completo o sólo basta reducirla? Para terminar con las dudas, BioBioChile conversó con dos especialistas, quienes explicaron el rol de la sal en el organismo y la cantidad requerida para su buen funcionamiento.

“Una persona debe consumir sólo 5 gramos de sodio al día, lo que equivale a una cucharadita de sal”, explicó Monserrat Victoriano, Doctora en Nutrición del instituto francés Agroparis Tech.

Sin embargo, verduras como la alcachofa, la acelga, el apio, la espinaca y la zanahoria contienen una concentración de sodio alta. Lo anterior junto al pan, galletas, embutidos y sopas -que la mayoría de las personas consumen cada día- sustituyen la necesidad de ingerir sal artificial.

Respecto a si es necesario eliminar la sal absolutamente de la dieta, los expertos dicen que NO, porque alteraría algunas funciones en el organismo como el reparto de agua y la transmisión del impulso nervioso de los músculos, explicó la nutricionista Gloria Bustos, magíster en Gestión Alimentaria y docente de la Universidad San Sebastián.

En este contexto, las personas sólo deben evitar su ingesta artificial porque ya existen alimentos -como algunas frutas y verduras- que contienen sodio de manera natural y cubren las necesidades de una persona sana.

Bustos explicó que la disminución abrupta del sodio en el organismo puede derivar en una Hiponatremia, una “afección metabólica en la cual no hay suficiente sodio en los líquidos corporales por fuera de las células”, explican en la Biblioteca de Medicina de Estados Unidos y que puede llegar a ser muy peligrosa si no se trata a tiempo.

Eso sí, esta condición también puede producirse por otras causas, como vómitos, diarreas, excesiva sudoración, enfermedades como la cirrosis hepática e insuficiencias cardíacas, o la introducción de diuréticos.

Las sustancias que pueden reemplazar el sabor de la sal

“Los mejores, sanos y naturales sustitutos son las especias, el uso de orégano, el romero, eneldo, estragón, ajo,los que no agregan colorantes, saborizantes, preservantes u otros elementos artificiales a la dieta”, relató Fica.

Agregó que si la persona aún aprecia el sabor salado, lo recomendable es el consumo de sustitutos del producto sal en base a potasio, como por ejemplo la Biosal.

En este sentido, Victoriano comentó que el sabor de la sal es sólo un asunto de costumbre. Explicó que los sucedáneos mencionados contienen poca cantidad de sodio, pero poseen otras sales como el potasio, magnesio o calcio. Estos también pueden ocasionar problemas en algunos pacientes hipertensos o enfermos cardíacos.