La Agrupación de Transporte de Carga Liviana de Valdivia acusa persecución de fiscalizadores de la Seremi de Transportes, por seguidilla de infracciones en su contra. El titular del ramo asegura que ha sido testigo de que han cometido transporte informal.

La polémica tiene su génesis luego que el seremi de Transportes, Iñaki Larraza, en el oficio Nº204 indica a la Agrupación las atribuciones y limitantes del servicio de transporte de personas versus el de carga.

Pero la discordia llegó en el último párrafo, en el que la autoridad señala que en la medida en que los servicios que se ofrezcan correspondan a carga y en forma excepcional y justificada de personas con las medidas de seguridad correspondientes, no debería tener problemas por cuanto se ajuste a la regulación vigente.

Sin embargo, últimamente conductores de este servicio han sido infraccionados por llevar personas, lo que para Francisco Flores, representante de la nueva Agrupación de Transporte de Carga Liviana de Valdivia, corresponde a una persecución.

Por su parte, uno de los propietarios de los furgones, Boris Troncoso, sostuvo que incluso habría ensañamiento policial hacia ellos, tratándolos como taxis piratas cuando trabajan principalmente en el Supermercado A Cuenta. Asimismo, el hombre aseguró que tanto la policía como los fiscalizadores tienen bien claro cuáles y cómo son los taxis piratas.

Al respecto, el Seremi de Transportes no cree que se esté vulnerando algún acuerdo, sino que se estaría cumpliendo la ley. Incluso aseguró que él ha sido testigo de como uno de esos vehículos realizaba transporte informal.

La autoridad dijo que lo primero es privilegiar el transporte público formal, porque da seguridad para las personas, usuarios y conductores.

Ahora, si la carga no cabe en un taxi, los consumidores pueden utilizar los servicios de transporte de carga en donde puede ir una persona en el vehículo pero no en el lugar de la carga, porque la ley no lo permite.

Cabe consignar que los conductores de este servicio aseguran que trabajan honradamente, pidiendo que el ensañamiento para fiscalizar termine hacia ellos.