Los alumnos del Liceo de Aplicación retornaron este lunes a su emblemático y renovado establecimiento ubicado en calle Cumming, en las cercanías de la Alameda, después que en septiembre del 2008, se produjo el derrumbe de un túnel, y se optó por seguridad cerrar los dos edificios e iniciar una restauración de las instalaciones.

Mientras tanto, los estudiantes en esa oportunidad fueron reubicados en la sede de la ex Universidad La República, en Huérfanos 1840, la que ocuparon hasta la semana pasada.

En el tradicional edificio del emblemático establecimiento en calle Cumming, se realizó una valiosa restauración patrimonial, con la habilitación de nuevos espacios, transformándose así en uno de los liceos de educación pública con mayor estándar en infraestructura y equipamiento del país.

Con una inversión de más de más de $5.000 millones aportados por el ministerio de Educación y la Municipalidad de Santiago, el liceo fundando en 1892, cuenta con las remodeladas instalaciones que acogen desde hoy a sus 1.876 alumnos.

Las obras se centraron en la restauración de sus edificios patrimoniales (Cumming 21 y Cumming 29), y en la construcción de nuevos espacios destinados a laboratorios, comedor-cocina, cineteca y recintos deportivos.

Desde ahora el ingreso al establecimiento ya no será por la entrada principal de Cumming 21 sino por un costado en calle Romero. Allí se construyó una gran portería que recibirá a los alumnos de las jornadas de mañana y tarde. En este sector es donde se llevó a cabo principalmente una restauración patrimonial, realizándose labores de revestimiento para devolver el valor de su construcción original a través del rescate de valiosas maderas y cerámicas, y de las líneas de su diseño arquitectónico.

En esta área también se construyeron dos nuevos edificios que albergan una biblioteca con sala digital, diversos laboratorios y modernos servicios higiénicos con grifería automática con sensores.

Aquí es donde hoy se puede ver totalmente reconstruido el túnel que se desplomó hace cuatro años. Este sector, al que se ingresa por medio de un zócalo que en su interior alberga salas de profesores y talleres, seguirá siendo la vía de conexión con el edificio de Cumming 29, pero además cobijará un museo del establecimiento que exhibirá parte de su historia con valiosos documentos y objetos de valor patrimonial.

En tanto, en Cumming 29 se pueden apreciar los nuevos espacios recreativos con los que los alumnos hoy cuentan. Encabezan la lista un moderno gimnasio, una multicancha, un comedor-cocina de dos plantas y una recuperada e imponente aula magna construida en 1910 y que fuera utilizada anteriormente para fines deportivos.

Mientras en el interior de sus edificios se cuenta con salas de clases absolutamente habilitadas, una nueva cineteca y una sala para el centro de padres, todo acompañado de llamativos sistemas de iluminación y paneles solares, innovando así en la implementación de energías sustentables.

El colegio contó en su totalidad con un reforzamiento de sus estructuras por medio de la construcción de pilares de hormigón armado para así hacerlo resistente a nuevos sismos, llevándose a cabo además una renovación completa de los sistemas eléctricos.