Un rescate de la economía global española no es inminente, aseguró este martes el jefe del gobierno conservador español, Mariano Rajoy, cuyo país se encuentra bajo presión de los mercados y de algunos de sus socios europeos para que pida la ayuda.

“No”, se limitó a responder de forma rotunda el presidente del gobierno, al ser preguntado por los periodistas si es inminente un rescate de España, en rueda de prensa al término de una reunión con los presidentes de los gobiernos autónomos de las regiones españolas.

Rajoy insistió en que no puede estar “contestando filtraciones todos los días”, en referencia a informaciones de prensa según las cuales Madrid se dispondría a pedir un rescate global para su economía el próximo fin de semana, antes de la reunión del Eurogrupo del lunes próximo.

“Pero si a usted le sirve de algo lo que yo puedo decirle y si le parece que lo que yo pueda decirle es más importante que esa filtración le diré que no”, reafirmó el jefe de gobierno.

Rajoy reiteró así la reticencia de España a pedir de inmediato un rescate global, mientras aumenta la presión de Bruselas y de los mercados para que Madrid pida la asistencia.

“La Comisión Europea está lista a actuar en caso de petición”, aseguró el lunes en Madrid el comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, tras reunirse con Rajoy y el ministro de Economía español, Luis de Guindos, aunque insistió en que hasta ahora “no ha habido una petición de España” en tal sentido.

Pocos días antes, De Guindos había afirmado que “la responsabilidad del Gobierno es analizar todas las implicaciones” que tendría un petición de rescate antes de proceder a la misma.

Tras obtener en junio pasado de sus socios de la eurozona una ayuda de hasta 100.000 millones de euros para sus bancos, Madrid se resiste a pedir un rescate global para su economía, temiendo la imposición de más condiciones que podrían alimentar un descontento social ya muy vivo por los recortes presupuestarios que afectan a servicios básicos como la sanidad y la educación.

Rajoy insistió en que “el objetivo capital es que España como país llegue en su déficit al cumplimiento de nuestros compromisos con la Unión Europea”, a pesar de que los miles de millones de dinero público que serán inyectados en los bancos agravarán en 2012 la deuda pública a 85,3% del PIB y el déficit a 7,4%, lejos del 6,3% prometido a Europa.

“El fuerte aumento del peso de la deuda puede provocar, y es lo que temen los inversores que ocurra esta semana, la revisión a la baja del ‘rating’ soberano de España”, señalaba la firma de corretaje Link Securities, para la que ello podría implicar una eventual aceleración de una petición de rescate.

La agencia de calificación Moody’s amenaza con degradar muy próximamente a bono basura la nota de la deuda española, lo que provocaría una nueva caída de la confianza de los inversores y agravaría las dificultades de España para financiarse.