Centenares de hectáreas de vegetación ardían este sábado en las islas Canarias, en Galicia y Cataluña, convirtiendo los incendios de este verano en los más devastadores de la década en España, que vive una ola de calor sahariana.

En el archipiélago de las Canarias, un incendio forestal, que hace una semana arrasó 3.000 hectáreas en la isla de La Gomera, se reactivó el viernes y con él la preocupación por el parque natural de Garajonay, un ecosistema protegido y declarado Patrimonio mundial de la Unesco.

Al final del día, una alta columna de humo negro se elevaba sobre el centro de la isla, donde se extiende el parque, informó una fotógrafa de la AFP, mientras el fuego se propagaba hacia el suroeste y la costa, por una zona de barrancos de difícil acceso.

“Hay tres frentes activos”, explicó Karen Bencomo, portavoz del Cabildo, la autoridad en la isla, remarcando que desde hace una semana ardieron un total de 3.000 hectáreas en la isla.

El gobierno local reclamó el envío de medios aéreos adicionales ya que los cinco aviones y los dos helicópteros en la zona no son suficientes para combatir el avance de las llamas.

Las evacuaciones continuaron durante el sábado y unas 400 personas, residentes en las aldeas cercanas al parque tuvieron que dejar sus casas al final del día.

Víctor Manuel García, de 40 años y dueño de un restaurante, decidió permanecer en su pueblo de Chipude y contaba que el humo comenzaba a disiparse el sábado.

El pueblo, evacuado por primera vez la semana pasado, volvió a ser desalojado el viernes, pero Víctor se quedó, “como tres o cuatro” personas más, para vigilar su bar-restaurante. “Alguien se tiene que quedar por si surge una emergencia”, explicó por teléfono.

Otro incendio causaba estragos en Tenerife, otra de las islas Canarias, como en Galicia, en el noroeste de España, donde más de 1.000 hectáreas ardieron desde el viernes.

Además, un nuevo incendio se declaró en la región de Ger en Cataluña, cerca de la frontera francesa, alcanzando una zona forestal, según los bomberos catalanes. Francia envió 20 bomberos y cuatro camiones para colaborar en la extinción del fuego, que ya arrasó unas 200 hectáreas.

Tras vivir el invierno más seco en 70 años, España está en alerta por riesgo muy alto de incendios en la mayor parte del país, tras la llegada el miércoles de una ola de calor sahariana con temperaturas superiores a 40 grados centígrados en muchos lugares.

Entre el 1 de enero y el 29 de julio un total de 130.830 hectáreas de vegetación ardieron en España, la mayor superficie quemada en siete meses en los diez últimos años, según el ministerio de Agricultura.