El jefe del gobierno español, Mariano Rajoy, afirmó el viernes que estudiará las medidas propuestas por el BCE para atajar la crisis de la deuda antes de decidir sobre una eventual petición de ayuda y que continuará con las reformas estructurales pero no bajará las pensiones.

El presidente del BCE, Mario Draghi, consideró “inaceptables” el jueves las tasas que pagan Italia y España para financiarse y dejó abierta la puerta a que su organismo compre deuda de los países en dificultades en el mercado secundario.

Pero dejó claro que para ello necesitaría una petición oficial de dichos países, al tiempo que proponía otras “medidas no convencionales” que no precisó.

“Lo que quiero es conocer cuáles son esas medias, lo que significan, si son adecuadas y entonces, a la vista de las circunstancias, tomaremos una u otra decisión”, afirmó Rajoy en rueda de prensa al término del último consejo de ministros antes de las vacaciones estivales.

Una vez que conozca los detalles de la propuesta de Draghi, “haré como siempre hago, lo que creo que conviene al interés general de los españoles”, agregó.

“Yo no tengo tomada ninguna decisión” y “no he tenido ninguna conversación privada con el señor Draghi sobre este tema”, subrayó.

En esta comparecencia, Rajoy hizo balance de sus siete meses de gobierno, repasando las sucesivas medidas de austeridad -la última de ellas anunciada en julio prevé un ahorro de 65.000 millones de euros hasta 2014- y las reformas estructurales en ámbitos que incluyen el laboral y el financiero.

“En estos primeros meses, en materia de control de las cuentas públicas y de reformas estructurales se ha hecho un gran esfuerzo”, afirmó. Pero “tendremos que continuar en el futuro”, agregó.

El líder del conservador Partido Popular (PP) aseguró sin embargo que entre las reformas futuras no prevé una bajada de las pensiones para 2013.

“Con los datos que yo manejo, no tengo intención de bajar las pensiones el año que viene”, aseguró.

Con la lucha contra un desempleo récord del 25% como prioridad y atenazado entre el malestar social y la presión de los mercados y sus socios europeos, el gobierno español se esfuerza por reducir el déficit público a 6,3% del PIB este año frente al 8,9% de 2011.

Sin embargo, la draconiana política de austeridad realizada desde su investidura en diciembre no tuvo efecto de momento en la mala salud financiera del país, que centra las preocupaciones de los mercados exigiéndole tasas cada vez más elevadas para financiarse.

Esta disparada del precio que debe pagar España para financiarse hará aumentar en 8.000 millones de euros los intereses que el país deberá pagar en 2013, que ya alcanzan unos 28.000 millones de euros este año, señaló Rajoy.

La falta de contundencia en la intervención de Draghi había provocado el jueves una nueva sacudida en los mercados: la bolsa de Madrid perdió 5,16% y la prima de riesgo española volvió a dispararse, superando la barrera de los 600 puntos.

“Una de las principales dudas continúa siendo cuándo considerará el BCE que es necesario actuar y si lo hará tan sólo una vez que España pida un rescate de manera formal”, señalaban los analistas de Renta 4.

Sin embargo, el viernes las plazas del continente recuperaban el optimismo sobre una próxima acción del BCE para estabilizar la Eurozona y la bolsa Madrid, que ganaba 3,84% a las 11H06 GMT, proseguía su alza tras la comparecencia de Rajoy: +5% hacia las a las 14H40 GMT.

“En el marco de su mandato, el BCE intervendrá en los mercados de deuda soberana”, considera el corredor en línea Aurel BCG. “Las intervenciones del BCE serán ilimitadas en tamaño y se centrarán en la parte corta de la curva de tasas”, afirma.

“No se trata de financiar a los Estados sino de aportar liquidez a corto plazo a un Estado que no puede refinanciarse en los mercados”, agrega.

“No habrá ‘default’”, subraya, explicando la nueva calma que hacía relajarse otra vez la prima de riesgo española.