Este lunes debiera ingresar al Congreso el proyecto del Gobierno que buscará concretar una reforma tributaria que financie los cambios en la educación. La iniciativa del ejecutivo pretende recaudar un máximo de mil millones de dólares anuales para financiar la reforma educacional en curso.

La mantención del impuesto a las empresas en 20%, luego del aumento temporal producto del terremoto del 2010, el incremento de los tributos a los licores que superen los 40 grados alcohólicos y el descuento tributario a las personas que destinen recursos a matrículas y aranceles educacionales se cuentan entre las principales medidas.

El Presidente Sebastian Piñera aseguró que el incremento de recursos permitiría mejorar la calidad de la educación.

Desde la perspectiva del presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, Gabriel Boric, el proyecto del Gobierno sólo busca maquillar la crisis educativa.

Una opinión contraria a la del presidente de la Cámara de Diputados, el RN Nicolás Monckeberg, quien se cuadró con el Gobierno, al igual que la mayoría en la Alianza.

El presidente del Senado, el socialista Camilo Escalona, planteó que lo que busca recaudar el cambio en los tributos no resuelve ni siquiera el déficit presupuestario.

En el centro político, la diputada del Partido Regionalista de los Independientes, Alejandra Sepúlveda, argumentó que se debe conocer en profundidad los cambios que se buscan en la educación, ya que ambas discusiones están ligadas.

El oficialismo tiene una mayoría eventual en la Cámara Baja, si logra sumar al PRI y a los independientes, y la Concertación suma más votos en el Senado por lo que la discusión del proyecto no será fácil.