La misión de observación de la Unión Europea (UE) criticó la “falta de transparencia y neutralidad” en los comicios del domingo en Nicaragua, en los que el presidente sandinista Daniel Ortega fue reelecto con un 63% de votos.

El proceso electoral estuvo “marcado por la falta de transparencia y neutralidad de las autoridades electorales”, subrayó un informe que divulgó el jefe de la delegación, el español Luis Yáñez, en rueda de prensa.

La misión precisó que el Consejo Supremo Electoral (CSE) -con mayoría de magistrados afines al sandinismo- utilizó un “doble rasero” en la acreditación de los fiscales de los partidos y de los observadores nacionales, pues los independientes no fueron autorizados, lo cual “limitó la transparencia” del proceso.

Las elecciones “han estado dirigidas por unas autoridades electorales muy poco independientes y ecuánimes, que no han cumplido con su deber de transparencia y colaboración con todos los partidos”, destacó la UE.

Yáñez señaló que “el conjunto de irregularidades” de los comicios evidenció la existencia en Nicaragua de un sistema electoral “con muchas imperfecciones, con muchos errores, con muchas trabas” y “zancadillas”.

“Si hipotéticamente no hubiesen existido esos problemas, cuál hubiese sido el resultado no podemos saberlo”, comentó.

Los comicios fueron vigilados por 200 delegados de la UE y de la Organización de Estados Americanos (OEA), cuya misión denunció durante la jornada “dificultades” porque se les impidió entrar a un 20% de las mesas de votación que se propuso observar.

Pero, concluida la votación, la delegación de la OEA moderó el tono en un comunicado en el que destacó que se subsanaron los obstáculos y el lunes el secretario general del organismo, José Miguel Insulza, destacó que en Nicaragua se avanzó en “la democracia y la paz”.

“Ojalá tenga razón el señor Insulza y sea un avance hacia la paz y la democracia, pero yo no puedo afirmar rotundamente que haya sido ese paso (…). El señor Insulza, que yo sepa, no ha estado en Nicaragua”, aseveró Yáñez.

La UE lamentó en su informe “el deterioro observado en materia de transparencia respecto a las elecciones de 2006″, en las que Ortega retornó al poder en Nicaragua tras 17 años en la oposición.