El presidente estadounidense Barack Obama aprovechó su estancia en Varsovia este sábado, última etapa de su gira europea, para intentar tranquilizar a Rusia y Polonia sobre el proyecto de Washington de construir un escudo antimisiles en Europa.

“La defensa antimisiles es un tema en el que deberíamos cooperar con los rusos, ya que afrontamos amenazas comunes”, pero “consideramos muy importante que la OTAN sea la única responsable de sus propios medios de defensa”, declaró Obama, tras un encuentro con su homólogo polaco Bronislaw Komorowski.

Washington y Varsovia están a punto de firmar un acuerdo que permitirá rotaciones de aviones de combate estadounidenses F-16 y de transporte Hércules para vuelos de entrenamiento con los polacos, así como la instalación de una representación permanente del ejército norteamericano en territorio polaco, anunció el primer ministro Donald Tusk.

“Un memorándum sobre la presencia estadounidense en Polonia toma forma”, declaró el primer ministro polaco tras entrevistarse con Obama. “Es un gesto importante, aunque no sea a una gran escala”, agregó.

Tanto para Polonia como para sus vecinos, establecer fuertes relaciones con Estados Unidos es esencial para su estrategia y una forma de consolidar su independencia respecto a Moscú.

Así, Rumania y Polonia aceptaron albergar hasta 2015 y 2018 interceptores SM-3 en el marco del proyecto de escudo antimisiles norteamericano, lo que suscitó la irritación de Rusia, que ve en ello una amenaza para su propia seguridad.

Muy dependiente del suministro de gas ruso, Polonia es sensible a la seguridad energética, un asunto que coloca entre las mayores prioridades de su presidencia de la UE, que comenzará el 1 de julio.

Polonia tiene importantes reservas de gas de esquisto, y el gigante norteamericano ExxonMobil ya procede a su exploración. Estados Unidos se ha convertido en uno de los defensores de este gas no convencional.

“Estimamos que la diversificación de las fuentes de energía es fundamental. El gas de esquisto es una gran oportunidad. Puede ser explotado de manera segura y respetando el medio ambiente”, declaró Obama.

Polonia no tiene central nuclear, pero espera construir dos en las dos próximas décadas, por un coste total de 25.000 millones de euros (unos 36.000 millones de dólares).

Los grupos nipo-estadounidenses Westinghouse Electric Company LLC y GE Hitachi Nuclear Energy Americas aspiran a obtener esos contratos, así como sus competidores franceses EDF y Areva.

Obama aprovechó su visita a un país del este de Europa para condenar la “situación inaceptable” en la vecina Belarús y acusó al presidente Alexander Lukashenko de demostrar “un desprecio total por los valores de la democracia y por su propio pueblo”.

“La represión que hemos podido ver en Belarús amenaza con tener un impacto negativo en toda la región”, advirtió.

Obama también se entrevistó con antiguos opositores al régimen comunista y con dirigentes de los principales partidos políticos polacos. “Muchos de ustedes han sido fuente de inspiración para nosotros, en Estados Unidos, cuando (el sindicato anticomunista) Solidarnosc nació”, dijo el presidente a sus interlocutores.

No obstante el jefe histórico de Solidarnosc y premio Nobel de la paz, Lech Walesa, renunció a entrevistarse con Obama junto a un grupo de dirigentes políticos.

“Temo que este encuentro no concluya más que en una foto de familia”, alegó Walesa, quien justificó su ausencia, además, porque este sábado se encuentra de visita en Italia.

No obstante, según el entorno de Walesa, éste esperaba una invitación individual del presidente estadounidenses, también premio Nobel de la Paz en 2009.

Por la tarde, Obama tomó un avión de regreso a su país, poniendo fin a una gira europea que le llevó a visitar durante la semana Irlanda, Reino Unido, Francia y Polonia.