El gobierno del presidente hondureño Porfirio Lobo deja después de un año de gestión “resultados desalentadores y negativos” porque empeoró la situación del país, denunció en una carta enviada desde su exilio en República Dominicana el ex presidente Manuel Zelaya.

“A lo largo de estos 12 meses la tendencia del gobierno con sus acciones ha sido a empeorar la situación socioeconómica y política del país”, sentenció en la carta.

Tras ganar las elecciones de noviembre de 2009 en medio de la crisis política que se desató tras el golpe de Estado de cinco meses antes, Lobo asumió el 27 de enero de 2010 por un período de cuatro años y con la dura tarea de reconstruir la democracia.

Zelaya estimó que “el desempeño económico del país ha sido negativo, con todos los indicadores básicos mostrando declive, endeudamiento, aumento de la canasta básica, combustibles, energía eléctrica”.

El ex presidente recordó también que “el reintegro de Honduras a la Organización de Estados Americanos (OEA), de donde fue suspendida a raíz del Golpe, no ha podido consumarse”.

El principal esfuerzo diplomático de Lobo estuvo orientado a la reinserción de Honduras a la OEA, de la que fue suspendida una semana después del golpe.

Zelaya aseguró que “la disposición del gobierno por alcanzar una reconciliación nacional, es imposible de valorar, ya que el discurso conciliador del Porfirio Lobo contrasta con la política de persecución y represión contra el pueblo en resistencia”.

Destacó sin embargo que las reformas legislativas al artículo 5 constitucional “constituyen una respuesta correcta hacia las aspiraciones del pueblo”, ya que el Congreso aprobó reformas constitucionales que permitirán referendos acerca de la posibilidad de la reelección presidencial.

La intención de Zelaya de convocar a un referéndum sobre la reelección había sido la excusa para justificar el golpe de Estado en su contra, en junio de 2009.