Una veintena de intelectuales opuestos a la independencia de Cataluña, entre ellos el Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, emitieron el martes un llamado para que los votantes de esa región no cedan a los cantos de sirena secesionistas.

El escritor de origen peruano Vargas Llosa, premio Nobel en 2010 evocó el riesgo de una “verdadera catástrofe para Cataluña”.

La región se convertiría en “un pequeño país marginado y gobernado seguramente por mediocridades fanáticas peores de las que ahora los gobiernan”, añadió el escritor con motivo de una concentración de la asociación “Libres e Iguales” en Madrid.

Ante unas 200 personas, los miembros de esa asociación que se opone al independentismo de la rica región del noreste español pidieron “responsabilidad civil” a los votantes catalanes, que acuden a las urnas este domingo para elegir un nuevo parlamento autónomo.

“Hay ficciones benignas y ficciones malignas”, aseguró Vargas Llosa.

“Las ficciones malignas no se presentan como ficciones sino como verdades. Como lecturas objetivas, y casi científicas de la realidad. Las religiones, las ideologías ( ) suelen despertar estos fanatismos que crean las ficciones malignas. Entre todas estas probablemente ninguna ha creado tanta violencia tanto odio como el nacionalismo”, añadió.

Por su parte el escrito y filósofo Fernando Savater expresó el temor de que “millones de conciudadanos nuestros acaben siendo exilados en su propia casa”.

En un mensaje pregrabado, la portavoz y fundadora de Libres e Iguales, y miembro del Partido Popular en el poder (PP, derecha), Cayetana Alvarez de Toledo, lanzó un mensaje: “Usted, votante en Cataluña, no podrá decir: yo no sabía”.

“Una parte de los ciudadanos ha seguido las consignas narcisistas y antidemocráticas del secesionismo”, añadió.

“No hay punto medio entre la democracia y el totalitarismo, y en consecuencia no hay abstencion éticamente justificada”, añadió Álvarez de Toledo.

Paralelamente trece prestigiosos científicos catalanes publicaron en Barcelona un manifiesto en favor de la independencia, porque consideran que el financiamiento para el sector en España ha sido distribuido en ocasiones en función de “criterios políticos subjetivos”.