La voz Pierre de Coubertin, imágenes de una carrera de sacos en los Juegos Olímpicos de San Luis-1904 o películas inéditas de París-1990: el Comité Olímpico Internacional (COI) ha dedicado siete años para salvar su memoria, tesoros que dormían en sus entrañas y que ahora han sido restaurados.

En total la institución ha invertido 30 millones de euros para salvar y digitalizar 2.000 horas de filmación, 33.000 horas de vídeo y 500.000 fotos, un trabajo recién terminado.

En el fondo de los depósitos de la sede del Comité Olímpico Internacional en Lausana, Suiza, estaban estos recuerdos, amenazados de desaparición. Fotos de los primeros Juegos de Atenas-1896 u otras incluso mas antiguas.

También grabaciones con la voz del francés Pierre de Coubertin, el padre de los Juegos Olímpicos de la era moderna, algunas en discos de cera, pero también películas y vídeos, de distintos formatos.

Era urgente salvar este patrimonio“, explica Philippe Laurens, responsable del programa destinado a ello en el COI. “Se había estimado que el 5% del patrimonio no sería recuperable, pero finalmente sólo se trató del 2,5%”, añadió.

El programa se inició en 2007, bajo la anterior presidencia de Jacques Rogge, y ocupó a cuarenta personas a tiempo completo. Tuvo que llevarse a cabo un largo y laborioso trabajo de identificación de los contenidos.

Hasta 30 documentalistas trabajaron en ello, dedicando unas 100.000 horas de trabajo. Algunos de los documentos no habían sido revisados nunca, como un largo ‘travelling’ sobre la Torre Eiffel en 1900 o la vuelta de honor de Spyridon Louis, vencedor del maratón de 1896 en Atenas.

Después tuvieron que digitalizar y restaurar el conjunto de los documentos y el COI llamó para ello a expertos de Suiza, Francia, Canadá, Estados Unidos y Tailandia.

“Cada día se trataban entre 40 y 125 fotos y entre 15 y 20 horas de grabación, es decir, se escaneaban, se limpiaban y se restauraban”, explica Laurens.

Pero el COI se encontró pronto con limitaciones técnicas. Fue imposible leer algunos vídeos de los años setenta: “Panasonic recomenzó la producción de cabezales de lectura que ya no se fabrican, para leer las bandas D3″.

A finales de 2012 se produjo otro contratiempo: el sótano de la sede de Vidy se inundó tras una tormenta, pero los materiales allí depositados estaban protegidos y no resultaron dañados.

Cuidando cada detalle

Algunos documentos requieren un tratamiento especial, como las 400 horas de películas en 16 y 35 mm que fueron recopiadas a película nueva y que podrán así ser conservadas por 80 o 100 años más, una misión que se confió a la empresa estadounidense Protek, una antigua filial de Kodak. Otras películas fueron encargadas a la suiza Reto Kromer.

Entre las 500.000 fotos, las que necesitaban mas trabajo se transmitieron al Instituto Suizo para la conservación de la fotografía de Neuchâtel. Las otras se enviaron a Onasia (Tailandia).

También hubo que estudiar la cuestión de los derechos, como en lo referente a los fondos comprados a British Pathé antes de 1939, una cuestión que ocupó a un jurista durante cinco años.

El COI se dotó además con una nueva herramienta de gestión del patrimonio digital, integrando también los archivos en papel y accesible a los investigadores en la mediateca olímpica.

“Era nuestro deber perpetuar la herencia cultural de más de un siglo de historia olímpica dejada por nuestros antecesores”, subraya el director general del COI, Christophe de Kepper.

“El patrimonio del COI puede ahora resistir la prueba del tiempo”, celebra.

Este trabajo de conservación no termina nunca. Cada edición de los Juegos Olímpicos de verano aporta 3.500 horas de vídeo y 40.000 fotos.

El valioso fondo centenario alimentará a la cadena de televisión olímpica que debe lanzarse antes de los Juegos de Rio-2016.