El intendente del Bío Bío, Rodrigo Díaz, le restó importancia a la instalación de sirenas en el borde costero de la zona para alertar a la población sobre un eventual tsunami que pudiera afectar a la región.

Para la máxima autoridad regional la instalación de los dispositivos de alarma no es la solución ante un eventual terremoto y posterior tsunami. Para él lo importante es que los habitantes del borde costero evacuen cuando el movimiento sea intenso y no les permita mantenerse de pie.

Sin embargo un maremoto puede llegar a las costas de la región del Bío Bío sin que los ciudadanos perciban un temblor, tal como ocurrió el pasado martes luego del terremoto frente a las costas de Iquique o como el caso del archipiélago Juan Fernández después del 27 F, o tal como en Dichato, Coliumo y Talcahuano, tras el terremoto de Japón el año 2011.

Por lo mismo el alcalde de Talcahuano, Gastón Saavedra, al ser consultado por los temas pendientes que a más de 4 años del 27 F existen en su comuna, señaló que lo más importante es poder contar con un sistema que, de forma efectiva, alerte a los vecinos del borde costero de un tsunami en curso y que para eso es fundamental la instalación de las sirenas.

Saavedra agregó que también están en deuda otros dispositivos, como bosques y parques de mitigación, carreteras elevadas y muros de contención, no sólo para Talcahuano, sino que para todo el borde costero.

Recordemos que el director de la Onemi en el Bío Bío, Gonzalo Arroyo, señaló que existe un proyecto estancado en el Gobierno Regional para financiar las sirenas de alarma en la costa de la región, el que superaría los 4 mil millones de pesos.