Una investigación caratulada hasta ahora como presunta desgracia es la que comenzó el ministro de la Corte de Apelaciones de Concepción, Carlos Aldana, en relación a antecedentes entregados por una madre, quien denunció la desaparición de su hijo de 4 años en 1975.

El caso partió en la Fiscalía de Coronel, hasta donde llegó el parte de la PDI, que recibió la declaración de una mujer que dijo no saber del paradero de su hijo desde hace casi 40 años, acusando que se lo llevó CEMA Chile, fundación de apoyo a la mujer dirigida por Lucía Hiriart.

Por tratarse de un hecho originado cuando la reforma procesal penal no regía, el Ministerio Público derivó los antecedentes a la Corte de Apelaciones de Concepción, que lo entregó de inmediato al ministro Carlos Aldana.

El juez especial para violaciones de derechos humanos durante la dictadura se refirió al sumario que recién parte.

Radio Bío Bío conversó con la mujer, que prefiere mantener en reserva su identidad, al menos hasta que sea citada a declarar por el ministro Aldana.

Al respecto, confirmó lo señalado en la denuncia en cuanto a que a su hijo se lo habría llevado personal de CEMA Chile supuestamente para un paseo, del que nunca regresó en 1975.

Al registrar la denuncia ante una jueza de menores no fue escuchada, y mientras intentaba obtener ayuda de otras entidades, la mujer asegura que fue detenida por uniformados, torturada, violada y sometida a una cirugía en la que le fueron extirpados sus órganos reproductores.

Igualmente, admitió que no es la primera vez que realiza la denuncia, pero que nunca antes se hizo nada, aunque reconoció que en averiguaciones anteriores la PDI obtuvo domicilios en los que habría vivido su hijo durante estas décadas, infiriéndose que él -hoy de unos 43 años- estaría vivo.

Para confirmar o descartar todos estos antecedentes es que existen diligencias en desarrollo y a cargo de la Policía de Investigaciones, según informó el ministro Aldana.

Se trata de una historia relatada por una mujer muy afectada, quien nunca habla de un desaparecido, sino de un hijo arrebatado por personas que ella asegura conocer y que según afirma haber constatado, tiene un certificado de nacimiento vigente que da cuenta de alguien vivo y no muerto con el mismo nombre que ella le dio a su hijo al nacer.