El secretario norteamericano de Estado, John Kerry, inicia una corta gira por Europa para intentar ampliar el respaldo al proyecto de intervención militar contra Siria, después de un G20 que ha mostrado las profundas divisiones internacionales.

Kerry, que cumple su 14º viaje en seis meses, llegó el viernes a medianoche a Vilna, donde se reunirá de manera “informal” la mañana del sábado con sus homólogos de la Unión Europea, la mayoría muy reticentes a una acción armada sin aval de la ONU.

Un responsable del Departamento de Estado que acompaña a su titular dijo en el avión que esperan mucho de las “discusiones precisas y detalladas” de Kerry y los ministros europeos. Señaló “las divisiones dentro de la UE” y saludó el apoyo de Francia y Dinamarca.

El secretario de Estado viajará luego a París y Londres antes de regresar el lunes a Estados Unidos.

Esta gira tiene lugar en vísperas de una semana que se presenta importante, con la votación del Congreso estadounidense, que se reúne a partir del lunes, y de un discurso a la Nación del presidente Barack Obama el martes. Por otra parte, el ministro sirio de Relaciones Exteriores viajará el lunes a Moscú para hacer balance de la crisis.

También se espera con impaciencia que la ONU publique, en fecha indeterminada, el informe de sus expertos que inspeccionaron las afueras de Damasco, donde los ataques químicos causaron varios cientos de muertos el 21 de junio.

Alemania instó el viernes a la ONU a publicarlo “cuanto antes”.

La mayoría de los países de la UE consideran este informe una etapa esencial para confirmar de manera independiente las acusaciones de ataques químicos. Washington y París esperan que permita vencer las reticencias de los países que dudan en comprometerse en base solo a las informaciones de servicios secretos nacionales.

El papa propone jornada de ayuno

El presidente francés, François Hollande, hizo un gesto de cara a los restantes europeos, sobre todo Alemania, anunciando este viernes que va a esperar el informe antes de un eventual ataque contra el régimen de Damasco.

“Esto puede ser un elemento de apreciación para ampliar la coalición que se deberá formar”, esperó.

Berlín saludó de inmediato este anuncio al tiempo que volvía a excluir una participación en una hipotética acción militar.

Pero Alemania podría aportar un apoyo político y sumarse al grupo de once países -España entre ellos- presentes en el G20, que abogaron por una reacción “fuerte” tras el uso de armas químicas.

Suscrito por Estados Unidos, Francia, Australia, Corea del Sur, Arabia Saudí e Italia, este llamamiento no menciona específicamente la opción militar, pero “representa el inicio de un consenso” que “podría resultar muy útil políticamente cuando llegue la decisión de los ataques”, estimó diplomático europeo.

Frente a este llamamiento, Vladimir Putin, principal valedor de Damasco, afirmó que el punto de vista de Moscú lo comparten varios países grandes como China, India y Brasil.

En espera del informe de la ONU, “los indios, los brasileños, los chinos y muchos otros estiman que las informaciones provenientes de los servicios secretos estadounidenses no son suficientes”, señaló el viernes Carl Bildt, el ministro sueco de Relaciones Exteriores.

Los contactos diplomáticos van a seguir siendo intensos el fin de semana, sobre todo en Francia, donde Hollande se reunirá este sábado con el presidente libanés, Michel Sleimane, en Niza, y el ministro de Exteriores, Laurent Fabius, por la tarde con Kerry en París. El domingo, el secretario de Estado se entrevistará en la capital francesa con dirigentes de la Liga Árabe antes de viajar a Londres.

Opuesto a una intervención, el papa Francisco invitó a los cristianos, practicantes de otras religiones y no creyentes a una jornada de ayuno y oración este sábado. El papa presidirá en Roma una vigilia de cuatro horas en la plaza de san Pedro, una iniciativa sin precedentes.

Como medida de precaución, la Embajada estadounidense en Beirut anunció el viernes la evacuación de su personal no esencial y las autoridades libaneses preveían reforzar la seguridad en torno a las misiones diplomáticas extranjeras.